arrow-up-circle
Seleccionar la parte del texto que deseas aclarar (80 words max)

I Programmi Alieni (1 parte)

Este artículo se ha traducido temporalmente con un traductor on-line. El artículo original está en italiano. Si deseas ayudarnos a mejorar la traducción a tu idioma, póngate en contacto con nosotros por correo electrónico: info@accademiadicoscienzadimensionale.it o a través del chat en ACD. Gracias

Página 1 de 5

Los programas extraterrestres son todos aquellos programas que nos introducen desde niños para poder controlar nuestra forma de pensar, de la que luego saldrán "nuestras" decisiones vitales, que no serán nuestras en absoluto, sino decididas por quienes nos manipulan. Los que siguen mi Academia desde hace muchos años ya han comprendido de qué estoy hablando, pero los que me conocen por primera vez puede que no lo capten inmediatamente y por eso lo explicaré con detalle. Los extraterrestres trabajan principalmente sobre las masas, por lo que primero llevan a cabo programas para invadir la mente humana en general, de modo que luego cada persona rechaza a la otra y las personas se manipulan mutuamente; sin darse cuenta. Ya he mencionado, en las páginas anteriores, la razón de ese extraño miedo a pedir razones y explicaciones cuando algo no encaja, por ejemplo, cuando nos damos cuenta de que alguien nos engaña, pero el programa mental interviene para hacernos sentir culpables, ergo no pedimos aclaraciones porque tememos parecer mezquinos y groseros. ¡Éste es un ejemplo de programa oscuro! Que naturalmente intenta hacernos sentir culpables para bloquearnos. Es un mecanismo que se activa dentro de nuestra forma de pensar y que nos impulsa a tomar determinadas decisiones; no se trata sólo de un pensamiento manipulado, sino de toda la forma de pensar. Por poner otro ejemplo de lo que hoy en día parece ser la norma, ya que estamos acostumbrados a verlo desde la infancia, es la moda de los mensajes subliminales que cada día nos impulsan a dirigir nuestros pensamientos hacia los deseos sexuales. Puede que no creas que se trata de pensamientos manipulados y te convenzas de que son deseos totalmente tuyos. Sin embargo, detrás de estos pensamientos hay un programa alienígena incrustado en la masa que trabaja para mantenerte pegado a esos pensamientos y distraerte de otros asuntos mucho más importantes. El obstáculo que te impide tomar conciencia de estos programas es la costumbre: como naciste y creciste en una sociedad que ya estaba manipulada para empujarte a pensar según ciertas reglas, no eres consciente de su manipulación porque has vivido con ellos toda tu vida creyéndolos normales. Pero muchas de las cosas que nos parecen normales en realidad no lo son en absoluto, aunque queramos creerlo así porque todos los días vemos y oímos a la gente hablar y pensar según esos patrones. Un programa funciona así: cada vez que quieres hacer algo que de algún modo te llevaría a evolucionar, se activa de tal modo que te distrae y te hace hacer algo inconsciente. Tomemos el ejemplo de los clásicos tics nerviosos, que hoy en día padece cada vez más gente -y de los que pronto descubrirás el verdadero origen-, que no son más que gestos que realizas inconscientemente sobre todo cuando estás estresado, ansioso y distraído. Aunque se trata de una forma diferente de programa -en el sentido de que afecta al cuerpo y no sólo a la mente-, podemos observarlo como un ejemplo de programa que se activa en determinados momentos. Mucha más gente de la que imaginamos tiene tics, pero estamos tan acostumbrados a ver determinadas situaciones que las consideramos normales y ni siquiera reparamos en ellas. Un tic muy frecuente, sobre todo entre los jóvenes, es coger el móvil y fingir que miran la hora, aunque en realidad no la miren o no les interese saberlo. Esto es un tic, es decir, un programa que realizamos inconscientemente. O el de golpear repetidamente el bolígrafo o "pulsarlo", provocando un ruido molesto y estresante. Otro tic es el de tocarse con frecuencia el pelo, arreglárselo o rizárselo con los dedos insistentemente, así como mirarse constantemente las uñas, mordérselas o comérselas. Todos estos pequeños gestos repetitivos son signos de un desequilibrio interno que erróneamente consideramos normal, al ver que la gente los hace a diario; así que pensamos que es normal si nosotros también los hacemos. Independientemente de la forma en que se presenten, los tics de cualquier tipo -es decir, una acción repetida, un programa que realizas sin darte cuenta- son señales que debemos trabajar porque internamente nos causan daño. Si todo el mundo empezara a comer cucarachas, gusanos e insectos diversos, tarde o temprano también sería normal para nosotros ver a alguien haciéndolo, y para muchos quizá incluso hacerlo... así que ya no juzgaríamos negativamente a quienes los comen, aunque ahora, al pensarlo, nos parezca absurdo y repugnante. Pero eso no significa que sea algo bueno, al contrario, porque llegar al extremo de comer insectos sería un mal comienzo para la degradación de la humanidad. 

Página 2 de 5

Los tics son un síntoma de desequilibrio psicológico y cuanto más numerosos y arraigados son, más se asume que quien los padece no está muy bien, probablemente porque está sobreexigido -un hecho que tendemos a subestimar demasiado-, pero también un signo de "fallos internos" si la persona ha tomado drogas; de hecho, los drogadictos tienen numerosos tics, incluso muy evidentes, y sin embargo seguimos ignorándolos como si fueran normales. Son acciones repetitivas que creemos normales, por haberlas aceptado en nuestras vidas. Hasta ahora he explicado una forma de programas internos dentro del cuerpo físico, como el ejemplo de los Tics, pero los Programas Extraterrestres son mucho más amplios y también pueden activarse externamente a nosotros: por ejemplo, cada vez que decidimos hacer algo importante para nosotros y para nuestro futuro o nuestra felicidad, siempre aparece alguien para distraernos. Ya sea un amigo o un compañero de trabajo, nos pedirá que hagamos algo por él para distraernos de lo que íbamos a hacer, llenando el poco tiempo libre que queríamos dedicarnos a nosotros mismos, con otros compromisos que otros nos imponen para que creamos que son mucho más importantes que los nuestros; y al final nos dejamos convencer. Pero, ¿son realmente tan importantes? Y sobre todo, si son importantes para esas personas, ¿por qué tienen que llegar a serlo inmediatamente para nosotros a costa de sustituir lo que era realmente importante? En otro momento habríamos dicho definitivamente que no, pero en ese instante, cualquier cosa nos parecerá más importante, como si nuestra cabeza considerara el poco tiempo del que disponemos como un tiempo infinito que preferiríamos dedicar a la otra persona. El tiempo, por otra parte, fluirá y se agotará incluso demasiado deprisa, pues ya no tendremos tiempo suficiente para ocuparnos de las cosas que son realmente importantes para nosotros. Un programa es como una tecla que toca una nota concreta: si pulsas otra tecla, tocará otra nota. Piensa en los asuntos importantes como muchas teclas a cada una de las cuales corresponde un programa, y cada vez que quieras ocuparte de un asunto importante, el programa se activará como si alguien hubiera pulsado esa tecla al mismo tiempo que tu decisión. El programa no siempre aparecerá de forma idéntica cada vez, de hecho, lo más probable es que varíe utilizando diferentes fachadas cada vez; pero en esencia el propósito siempre será el mismo: distraerte de tu verdadero objetivo. Un programa alienígena puede implicar a personas como si fueran marionetas que no se dan cuenta de lo que hacen, llegando incluso a realizar acciones perjudiciales para los demás o a expresar palabras muy precisas y especialmente ofensivas y destructivas hacia esa otra persona, pronunciándolas siempre en el momento menos oportuno; o mejor dicho, en el momento perfecto para herir a esa persona. El manipulado no se dará cuenta del daño que ha hecho a la otra persona y, por tanto, no se molestará en disculparse por herir los sentimientos de otra persona. Serán como marionetas perfectas. Probablemente ya te habrás dado cuenta de ciertos programas que se activaron cuando empezaste a informarte sobre los extraterrestres, es decir, diversas situaciones que sucedieron a tu alrededor en ese momento con el objetivo de desmotivarte en tu búsqueda y hacer que te centraras en otra cosa, para que dejaras de buscar respuestas. No siempre estarán abiertamente conectadas pero, si comprendes su existencia, te darás cuenta de que tienen un hilo de lógica. Por ponerte un ejemplo, es normal que si no estudias no apruebes los exámenes en la universidad: te habrá ocurrido varias veces que, aunque creías que tenías posibilidades, acabaste con una nota baja. Desde el momento en que empieces a aprender sobre los extraterrestres, la situación en la universidad no cambiará en absoluto, pero si por casualidad sacas una mala nota, no pensarás: "Eso me ha pasado muchas veces y esta vez también porque no he estudiado, debería haberme esforzado más", sino que, con extraños giros pesimistas de tu pensamiento, se te ocurrirá pensar que si no te hubieras interesado por saber más sobre los extraterrestres, esto no habría ocurrido y habrías aprobado este examen. Aparentemente, esto no tiene nada de lógico, y de hecho, para ser sincero, ahora mismo podrías incluso pensar que es imposible pasar por una ronda de pensamientos de este tipo, que nunca dirías una cosa así; sin embargo, si utilizar diversos pretextos -como el miedo a informarte o el pensamiento de que sólo estarías perdiendo el tiempo y que sería mejor emplearlo en estudiar (aunque de todas formas lo malgastaras de alguna otra forma)- sirviera para apartarte de tu investigación, entonces todo esto resultará ser un programa muy bueno para que los extraterrestres lo exploten contigo. 

Página 3 de 5

¿Cómo funciona un programa? Es muy sencillo. Suponiendo el caso del examen universitario, funcionará más o menos así: durante tus días, te empujará a perder el tiempo y a pasarlo en la apatía, tumbado en el sofá con ganas de no hacer nada o, en todo caso, de perder el tiempo en juegos o redes sociales en lugar de estudiar o hacer las actividades que de alguna manera podrían hacer que te dieras cuenta; luego, cuando por fin decidas ponerte a estudiar, activará otra función, que será hacer que te aburras rápidamente y que no memorices lo que lees, que no lo entiendas y, por tanto, que pierdas horas delante de una sola página. Esto continuará durante varios días, en los que preferirás perder el tiempo delante del televisor en vez de estudiar. Entonces, ¿qué ocurrirá? Que llegará el día del examen y lo suspenderás, en cuyo momento, sin embargo, no te reprocharás haber estudiado demasiado poco en todos esos meses que tuviste a tu disposición pero que pasaste desganado y descuidado, haber perdido el tiempo delante del televisor, haber salido con los amigos todos los días en vez de dedicarte a los libros; sino que te reprocharás haber "perdido demasiado tiempo buscando cosas inútiles", como meditaciones o respuestas sobre extraterrestres, etc., aunque sólo hubieras dedicado unos minutos a leer y sólo una vez cuando se te había ocurrido la idea. El programa, por tanto, no sólo trabaja externamente para impedirte en lo posible que realices acciones que podrían ser evolutivas para tu conciencia (como buscar la verdad sobre temas cada vez más censurados), sino que también trabaja internamente para que pienses como quiere que pienses, en cada uno de los acontecimientos de tu vida, ¡empujándote a culpar a la única situación que no tiene la culpa! Por ponerte otro ejemplo: si sabes que una determinada plaza de tu ciudad está siempre llena de gente con influencias negativas, incluidos drogadictos, borrachos y pendencieros, simplemente evitas pasar por ella porque sabes que te molestarían. Pero si un día tuvieras que pasar por allí por el motivo que fuera, y esas malas personas se te acercaran y te molestaran, no pensarías como siempre: "Me molestan porque son malas personas", sino que pensarías: "Quizá no debería haberme informado demasiado sobre los extraterrestres, me traen mala suerte y ahora atraigo hacia mí a personas negativas". Eso es lo que es un programa: es un mecanismo que se activa para hacerte pensar de una determinada manera. Así que no pensarás con claridad, como deberías, sino que pensarás como el programa ha decidido que pienses. Cualquier excusa es buena para alejarte de la espiritualidad y de una información que podría serte muy útil. Todo lo que nos rodea está lleno de programas que saltan como ratoneras en cuanto ponemos un pie en ellos, nos bombardean constantemente con ellos y no nos damos cuenta de que nos superan, de hecho, si alguien nos los señala, no sólo no los entendemos, sino que incluso pensamos que están locos, que tienen demasiada fijación, que exageran y evitamos hacerles caso. En realidad, los extraterrestres han creado innumerables programas, de hecho también hay programas sobre la alimentación, contra la comida sana, sobre el deporte, contra las relaciones románticas limpias y serenas, y sobre tantas otras acciones cotidianas que realizamos sin darnos cuenta. Los desarrollaremos en las próximas páginas. El miedo, por ejemplo, es un programa que, evidentemente, no sólo es explotado por los extraterrestres -aunque nos ocuparemos de ellos en este libro-, sino también por entidades, por personas negativas, por cualquiera que quiera subyugarnos. Lo cierto es que los extraterrestres van un paso por delante en cuanto a cómo manipularnos, sabiendo perfectamente que si nos hacen sentir miedo, tienen el poder de decidir sobre nuestras vidas, porque con el miedo pueden conseguir de nosotros lo que quieran. Al principio es complicado entender qué es un programa extraterrestre, pero cuanto más avances, más te darás cuenta de que te has encontrado con situaciones similares a las descritas y te darás cuenta de que no hay nada normal en ello. Muchos de los que se consideran conocedores del tema de los extraterrestres están convencidos de que lo peor que saben hacernos los extraterrestres es abducirnos y realizar experimentos físicos con nosotros, ¡pero muchos no tienen ni idea de que lo peor son los experimentos mentales y psicológicos! Por tanto, quiero invitarte a que prestes más atención a cada pensamiento y decisión que tomes en los próximos días. Si decides perder horas delante del televisor en lugar de estudiar, ¿no crees que podría ser un programa para impedirte alcanzar tus objetivos? Que quede claro que no sólo me refiero a estudiar para llegar a hacer algo importante en la vida, sino que también podría ser una tarea como simplemente limpiar la casa que, a fuerza de procrastinar, te hará perder mucho tiempo; esto también es un programa aunque te parezca menor. 

Página 4 de 5

Cuando te propusiste hacer este trabajo, podías hacerlo ahora para no tener que hacerlo después y poder tener la tarde libre para relajarte quizás con tu pareja. En cambio, no, ahora pierdes el tiempo delante del televisor y esta noche tendrás que limpiar la casa y hacer lo que no hiciste antes, quitándote la posibilidad de descansar y disfrutar del tiempo con tu pareja. Los planes quieren que no te realices, que pierdas el tiempo en distracciones y caminos inútiles, por ejemplo incluso una carrera equivocada, que te hace perder el tiempo estudiando lo que en realidad no te sirve para nada en la vida y que además ni siquiera te gusta, en vez de gastarlo en tus verdaderas pasiones, aficiones, intereses que te harían verdaderamente feliz y satisfecho. Los horarios se imponen para no realizarte, para no hacerte sentir satisfecho ni realizado, haciéndote perder el tiempo en distracciones y pasatiempos inútiles y luego no tener tiempo para hacer tareas útiles y quizá incluso agradables. Se activan especialmente cuando lo que quieres hacer es algo que te llene y te haga una persona libre. Si estuvieras trabajando en un proyecto que en el futuro te permitiera ganar tanto dinero que pudieras trabajar menos debido al sacrificio inicial, entonces es cuando el programa intentaría evitar que trabajaras en él con cualquier distracción posible, porque quiere mantenerte atado al sistema. El trabajo es un programa que te jode la vida. Fíjate en cuánto tiempo perdemos allí, pero también en cuánto tiempo perdemos en ir y volver, entre descansos y colas en la calle y demás. Un trabajo que se supone que te lleva ocho horas al día te roba más: el viaje de ida y vuelta que a veces se hace varias veces durante el día, los descansos obligatorios, imprevistos varios, etc. Si el sistema quisiera liberarnos, podría hacerlo empezando a organizar mejor los horarios de trabajo, para que todo el mundo pueda trabajar y al mismo tiempo encontrar tiempo para dedicárselo a su familia o a sus pasiones, en lugar de utilizarlo sólo para ir a trabajar. No nos hacemos esta pregunta porque llevamos toda la vida viviendo en esta "normalidad", y sin embargo los políticos disfrutan de su vida y nosotros nos la pasamos trabajando sin tener tiempo ni para respirar. Esto no es normal, porque si ésta fuera la única forma de salir adelante incluso los políticos tendrían que trabajar, en cambio ellos pueden hacer su vida tranquilamente mientras los que están por debajo de ellos (¡los ciudadanos!) trabajan demasiadas horas al día como si no tuvieran derecho a vivir. En cambio, los que deciden las horas de trabajo (¡los que están por encima de las corporaciones, los que deciden la vida de todos los humanos!) eligen deliberadamente encerrar a los trabajadores en instalaciones de trabajo durante gran parte del día, para que no se desarrolle algo más en sus mentes, ya que no tienen tiempo... encerrados todo el día trabajando como máquinas. Así, cuando lleguen a casa, sólo emplearán su tiempo en cocinar y limpiar el piso, ver programas de TV (tal vez las noticias, donde hablan de violaciones y asesinatos justo cuando estás comiendo) y un sinfín de series de TV, sin dar descanso ni a tu cuerpo ni a tu mente. En realidad, no habría ninguna necesidad de trabajar ocho horas al día, ya que hoy en día las máquinas podrían hacer casi cualquier cosa y los humanos no ganarían casi dinero -excepto trabajando lo mínimo, que siempre sería más que el trabajo de los políticos-, lo que permitiría una producción extremadamente alta, de alimentos y otras cosas. De hecho, no nos damos cuenta de que el trabajo que hacemos cada día es casi inútil, pues es un programa para mantenernos ocupados sin motivo. Y volveremos a abrir un paréntesis sobre esto más adelante, pero a este respecto, recomiendo encarecidamente ir a la página oficial de Estadísticas Mundiales, que siempre está actualizada, para saber cuántas personas cada día sufren obesidad y gastan su dinero primero en grandes cantidades de comida y luego en comprar medicamentos que sirvan para calmar los problemas de salud causados por la obesidad, sin olvidar todo el dinero que se gastan en suscripciones a dietas para poder curarse y adelgazar, y al mismo tiempo cuántas personas mueren de hambre en otros territorios porque hay privación de alimentos. ¿Por qué la gente, por un lado, se arriesga a morir por comer en exceso y, por otro, por falta de alimentos? Debe quedar claro de una vez por todas que no es culpa de la pobreza real de esos territorios, sino del gobierno que ha decidido mediante oscuros contratos que una parte del mundo muera de hambre; y no importa cuánto dinero demos cada año para evitarlo, porque estamos enviando nuestro dinero al mismo gobierno que ha decidido que esas personas mueran.

Página 5 de 5

¡Estamos malgastando nuestro dinero porque nunca llegará a los pobres! Llevamos infinito tiempo en la misma situación, el mismo tiempo que si el gobierno hubiera querido cambiar realmente las cosas, hoy no habría pobreza, igual que ya no habría Dictadura en ningún país y no existiría el problema del paro. Pero todos estos son falsos problemas, en el sentido de que es el gobierno quien los ha creado para hacernos sufrir; no son problemas reales de la población, sino sufrimientos que quienes nos gobiernan han decidido que debemos soportar para que cada uno de nosotros crea que son hechos reales. Desde la pobreza al desempleo, pasando por las enfermedades relacionadas con la obesidad o la gente que trabaja demasiadas horas al día, todos ellos son problemas decididos por el gobierno a propósito para mantenernos distraídos, con la mente sumida en el pesimismo y la vida en vilo. Todo para impedirnos tener tiempo para reflexionar, informarnos y averiguar la verdad sobre ellos. En Italia se nos exige que trabajemos al menos ocho horas al día si queremos ganar el mínimo necesario para sobrevivir un solo mes, a pesar de que en otros países, incluso un trabajo que no requiere titulación universitaria -como trabajar de dependiente en una tienda- ofrece un salario tres veces superior al de Italia a pesar de realizar exactamente las mismas tareas; pero por si fuera poco, en Italia, además de recibir salarios más bajos, también se nos penaliza con impuestos que son gravemente superiores a los de cualquier otra nación europea, por no hablar de los demás Estados. Es bastante comprensible, pues, que exista un problema de fondo, pero que nadie esté dispuesto a resolverlo. No estoy aquí para hablar de política y de lo humanamente erróneas que son las Leyes y de lo corruptos y manipulados que están los políticos, sino para explicarte que la política no la dirigen los humanos, porque los políticos corruptos están precisamente pagados por alguien que decide cómo deben comportarse; y por encima de ese alguien, que también son humanos pero están muy bien escondidos, hay todavía otros dirigentes, que son en definitiva los que realmente lo dirigen todo y deciden desde la cumbre. Por consiguiente, hay que abrir los ojos y darse cuenta de que si los políticos son marionetas, es evidente que hay un titiritero al mando de ellos, es decir, alguien que dirige el juego desde arriba y que utiliza las caras de los políticos para engañar a la gente y ocultar la suya propia. Así, la gente está convencida de que conoce la verdad, sin darse cuenta de que los políticos son actores pagados para jugar con todo el mundo, en todo momento. En Italia, como en el resto del mundo, hay una enorme presencia alienígena. Vivimos en una agenda que consideramos normal sólo porque nos la han inculcado toda la vida, sin reflexionar sobre qué extraño mecanismo están utilizando para arrebatarnos la vida. Y si nos atrevemos a preguntar por qué es así y por qué nadie está cambiando las cosas, serán las mismas personas que nos rodean las que se burlarán de nosotros y nos atacarán por ser demasiado sumisos al sistema. Todos nos quejamos de los mismos problemas y, sin embargo, si intentas siquiera hablar de ello, ¡las mismas personas que se quejan vendrán contra ti! Porque si señalas a alguien que vamos por la vida persiguiéndonos el rabo sin conseguir realmente nada, mientras los que están por encima de nuestras cabezas disfrutan de la vida en nuestras caras, te dirán que es normal: porque ellos pueden, nosotros en cambio somos gente normal. Nos pasamos la vida estudiando para encontrar trabajo, pero una vez terminados los estudios, ¡no lo encontramos! Y después de buscar y buscar, desesperados, quizá lo encontremos; pero el trabajo es muy diferente de las expectativas: no te permite ser creativo, no te permite realizarte, sentirte realmente realizado; sólo tienes que trabajar para pagar los impuestos. Porque lo que no nos dijeron cuando éramos niños es la verdad de que de adultos se trabaja para pagar impuestos, y si sobra algo, podemos utilizarlo para pagar las facturas. La verdadera agenda, en realidad, es decidir pasivamente perder todo el día detrás de un trabajo que no nos gusta y que ni siquiera nos permite ganar dinero: nos hace volver a casa cansados, estresados y nerviosos, no tenemos tiempo para las personas que queremos y no nos permite dedicarnos a nuestro bienestar y nuestra evolución, como si éstos fueran menos importantes porque nos han acostumbrado a creer que la vida es sólo para trabajar. Nos impide incluso intentar cambiar algo de esta situación, porque todo el mundo pasa por lo mismo y, como todo el mundo tiene que pasar por ello, nosotros también tenemos que pasar por ello y en silencio. El significado es que todo el mundo hace este sacrificio, encontrándose con al menos doce horas volando cada día, y al final la vida se reduce a un círculo en el que trabajas y duermes, duermes y trabajas.

Fin de la página 5 de 5. Si te ha gustado el artículo, por favor, comenta a continuación describiendo tus sensaciones al leer o practicar la técnica propuesta.

1 comentario