La hipnosis de quienes creen que meditan (parte 2)

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¿Cómo se acepta ser hipnotizado? Cada vez que te sientas a «meditar» y, en lugar de concentrarte en la respiración del prana y luego en el chakra, todo ello en silencio mental, piensas que tienes que fantasear con otras mil cosas, incluso aparentemente espirituales, por ejemplo, fantaseas con los flujos de luz que te rodean e imaginas que bailas en medio de la energía, o te imaginas seres pequeños y luminosos que te traen energía, o imaginas alienígenas buenos y positivos que te ayudan a evolucionar, o que te suplican que les ayudes porque eres demasiado importante para ellos, y quién sabe cuántas otras fantasías que simplemente no puedo captar, porque en esas fantasías te sumerges tú, y eso es malo, y deberías liberarte de ellas seriamente. Cualquier cosa que te impulse a fantasear, incluso aparentemente en fantasías espirituales, son igualmente métodos de los alienígenas para hipnotizarte. Así podrás hacer incluso 10 meditaciones al día sin sentir ningún peso, sin sentir ningún cansancio, y serán 5 horas pasadas completamente hipnotizado. No es en absoluto una coincidencia que quienes afirman «meditar todo el día» o hacer mil meditaciones al día sean precisamente las personas que obtienen menos resultados e s y son más hipnotizadas por los alienígenas. Ten cuidado porque, también en este caso, se quiere malinterpretar deliberadamente el verdadero mensaje que estoy transmitiendo. Como auténtico practicante, te digo que cuanto más se medita, más resultados se obtienen, y no al contrario. Después de muchos años de práctica, he obtenido resultados proporcionales a lo que he practicado, a pesar de todos los obstáculos, a pesar de los artificiales bajos, los alienígenas, los operadores y muchos otros enemigos y bloqueos que no voy a enumerar aquí de nuevo, pero que se pueden intuir simplemente leyendo los siete volúmenes publicados anteriormente. Practicando, siempre he obtenido mejoras. 

Muchos me conocen desde hace muchos años y saben, por haber leído mis artículos en ACD y mis publicaciones en mi sitio web, que hay largos períodos en los que me dedico más a las meditaciones, incluso numerosas, por lo que, si normalmente hay una base —que nunca modifico— de 5-6 meditaciones, durante muchos otros períodos puedo llegar a 7 meditaciones, y durante otros, incluso a 10 meditaciones; sin embargo, practicar tanto requiere mucho compromiso, concentración, voluntad, esfuerzo mental, y es una elección personal, no es algo que «hay que hacer por fuerza» para llamar la atención o por cualquier otra razón, viéndolo como un sacrificio, porque si practicas pensando que es un sacrificio significa que no estás practicando para obtener resultados (¡ya que has tenido experiencia y pruebas de lo que se obtiene con la práctica!). Lo haces convenciéndote de que basta con pensar en hacerlo para que los resultados lleguen por sí solos, tanto si te esfuerzas como si no. No es así. Llegar a 7 o incluso 10 meditaciones es difícil SI se elige practicar todas las sesiones bien hechas; pero los resultados que llegan después son excepcionales y por eso se tiene el deseo y la voluntad de continuar, porque si los resultados que llegan después te permiten cambiar tu vida, es obvio que por muy difícil y agotador que sea, tendrás aún más ganas de meditar y practicar tanto. 

Muchos en la web me conocen como la Practicante que dedica muchas horas a las técnicas psíquicas, que enseño en la Academia que fundé; de hecho, muchos conocen la Academia de Conciencia Dimensional precisamente como un camino serio de práctica psíquica, y no solo de teoría. Si practico tantas horas después de tantos años, lo hago porque obtengo resultados y porque consigo mejoras cada vez más avanzadas año tras año. Pero la cuestión es: ¿por qué otras personas afirman llegar a 7-10 meditaciones diarias durante años y años sin pausas ni periodos de descenso en el número, y estas mismas personas afirman no obtener nunca resultados? Me parece ridículo tener que explicarlo. 

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En primer lugar: ¿por qué una persona debería meditar entre 7 y 10 veces, es decir, hasta 5 horas al día, si afirma que no obtiene resultados? ¿Está segura de lo que está haciendo? Porque no tiene sentido andarse con rodeos: si una persona afirma que no obtiene resultados desde hace años, si estuviera tan segura, cambiaría de camino, haría todo lo contrario de lo que no le da resultados. Entonces, la verdadera pregunta es: ¿por qué estas personas siguen obstinadamente dando los mismos pasos y repitiendo los mismos errores, que evidencian la ausencia de resultados, después de años y años? ¿Y cómo se puede elegir tirar cinco horas al día a la basura para luego quejarse de no obtener resultados? La respuesta está en la hipnosis, ya que los operadores necesitan personas que sean hipnotizadas durante horas, todos los días, y que ni siquiera se den cuenta de cómo sus «prácticas» se esfuman sin siquiera recordar lo que han hecho durante todo ese tiempo. Todos aquellos que afirman meditar mil veces al día y, a pesar de ello, no obtienen resultados, ni siquiera pueden sentir la energía, no ven ni sienten nada, no están meditando, sino que están siendo hipnotizados. 

¿Qué está pasando realmente durante esas 5 horas en las que dicen meditar pero no lo están haciendo? Independientemente de que sean horas seguidas o sesiones fragmentadas, no importa, en todas esas sesiones se está siendo hipnotizado. Meditar y practicar requiere compromiso, es un compromiso más mental que físico que exige esfuerzo mental, sin embargo, los beneficios que se obtienen después aumentan cada vez más las ganas y el deseo de continuar y llegar aún más lejos. Por lo tanto, es normal que si se medita bien, se quiera seguir haciéndolo, independientemente del esfuerzo que requiera, porque los resultados motivan y merecen absolutamente el esfuerzo. Obviamente, podemos comparar la meditación con el deporte, porque cuanto más entrenas, más ves mejorar tu cuerpo y, si lo deseas, también esculpirlo, y no importa el esfuerzo que hagas para conseguir esos resultados, porque cuanto más ves los resultados, más inevitable es que quieras continuar y llegar aún más lejos. Si antes solo entrenabas un s a la semana y no veías resultados, pero al empezar a entrenar dos veces por semana has visto cambios, es evidente que las ganas de continuar aumentan. Cuando empiezas a ver que, al esforzarte más, las mejoras aumentan rápidamente, después de ver los resultados es natural que aumenten tus ganas de continuar y esforzarte aún más que antes. 

Al principio tienes que «confiar» en lo que dicen los demás, es decir, que si lo intentas, lo conseguirás. Empiezas a entrenar, pero sigues creyendo que nunca conseguirás buenos resultados; sin embargo, si entrenas, empiezas a verlos y, al obtener los primeros cambios que puedes observar con tus propios ojos, es obvio que te sientes motivado y empujado a continuar y entrenar aún más. ¿Cómo se lo explicas a los demás? Tus amigos te preguntarán: «¿Por qué entrenas tantas veces? ¿No te bastaba con una vez al mes? ¿No tienes nada más que hacer?», porque quienes no entrenan no saben lo que se siente al obtener resultados, por lo que no pueden entender la verdadera razón por la que entrenas tantas veces. No se trata de no tener nada que hacer, se trata de comprometerse con algo que tiene valor y nos hace sentir bien, a diferencia de quienes dicen no tener tiempo libre y se pasan todo el tiempo en el sofá viendo series de televisión. El mismo entrenamiento que dedicamos al deporte se aplica a la meditación: cuanto más entrenas, más resultados obtienes, y es inevitable que cuando empiezas a ver los cambios gracias a la práctica, te apetece continuar y aumentar aún más, porque sabes que así las mejoras subirán de nivel. Es lógico que sea así. Pero si hay personas que entrenan y obtienen resultados, hay muchas otras que se apuntan a un curso deportivo y se engañan a sí mismas pensando que basta con pagar la cuota para adelgazar o ponerse en forma, ¡cuando no es así! Luego, las pocas veces que van al gimnasio, se sientan en el banco a hacerse selfies y/o charlar con la gente, pero no entrenan en absoluto.

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Al final, pasará la hora de gimnasio, quizá incluso dos, volverán a casa y no habrán conseguido el más mínimo resultado. Pensando que han hecho gimnasia y que, por lo tanto, se merecen un capricho, comerán aún más, o peor que de costumbre, y en lugar de adelgazar, engordarán. Entonces se quejarán de que ir al gimnasio no solo no les está haciendo adelgazar, sino que incluso les está haciendo engordar. Muchos saben perfectamente de lo que estoy hablando, y este mecanismo lo vemos tal cual en la práctica de la meditación. No solo no meditas, sino que te sientas o, peor aún, te tumbas en la cama convencido de que así puedes meditar, pero lo que es peor, durante el día comes mal, pierdes el tiempo viendo series de televisión, fumas y bebes, argumentando que como has meditado, todas estas sustancias tendrán menos efectos sobre ti. Es un poco como comer en un restaurante de comida rápida, en un sushi o en una pizzería después de salir del gimnasio. Exactamente lo mismo. Luego te quejas de no obtener resultados.

En primer lugar, es importante entender que, aunque medites bien, después no tienes por qué hacer tonterías para volver a bajar, como si estuviera escrito en algún reglamento, porque no tiene sentido esforzarse tanto por evolucionar y luego arruinar el camino con tus propias manos. Si meditas bien, no es excusa para fumar, beber, comer alimentos tóxicos, convencido de que la meditación sirve para reparar el daño, porque si la energía de la meditación tiene que pasar toda la vida reparando el daño del tabaco, el alcohol, las drogas y lo que sea, no creas que también te va a permitir evolucionar; la energía que acumulas durante una sesión no puede hacer milagros si luego vas y destruyes los resultados obtenidos fumándote los cigarrillos electrónicos (que hoy en día son tan graves o más que los cigarrillos clásicos) o destrozándote el hígado con el alcohol. Sin embargo, la alimentación también influye mucho. ¡Pero el problema es aún peor si además ni siquiera meditas bien! 

Pasar horas creyendo que estás meditando, horas que sin embargo no se traducen en resultados, o peor aún, que después vienen acompañadas de problemas como estrés, nerviosismo o dolores de cabeza, son señales que no deben pasarse por alto. No estás meditando, te están hipnotizando. Ya he explicado cómo hay que meditar y es necesario comprender que no hay otros caminos, no hay atajos SI se quiere meditar bien; de lo contrario, se acaba siendo hipnotizado, y en ese caso es muy fácil encontrar la forma correcta de hipnotizarse: basta con fantasear, imaginar, pasar media hora con fuertes cabezadas, casi durmiéndose (o durmiéndose directamente) y ya está. 

Hay que prestar mucha atención a todas las veces que algunas personas concretas cuentan que han meditado incluso 7-10 veces al día y, sin embargo, afirman que ni siquiera sienten la energía fluir por su cuerpo. ¿Cómo es posible no sentir la energía si has pasado 5 horas intentando invocarla? Si el objetivo de la técnic , es precisamente entrar en contacto con la energía, absorberla dentro de uno mismo y, por lo tanto, sentirla físicamente, ¿cómo es posible que después de 5 horas (¡todos los días durante años y años, según ellos!) no se sienta ni una pizca de energía? Está claro que no estás practicando con la energía, sino que te estás dejando engañar por la falsa luz amarillenta y blanquecina que te hipnotiza, que es la luz artificial que utilizan los alienígenas para hipnotizarte. 

Si después de tantas horas de «práctica» no sientes nada, no sientes la energía, no sientes los movimientos de energía dentro del cuerpo, no sientes los chakras expandirse físicamente, entonces, ¿qué estás haciendo durante todas esas horas? No estás haciendo nada, esa es la cuestión, ellos lo están haciendo todo. Te están hipnotizando, lo que significa que te están introduciendo continuamente datos en la cabeza. 

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La hipnosis es como una descarga, es una fase bastante larga en la que los alienígenas y los operadores conectan la cabeza del sujeto a un ordenador y descargan información en ella, es decir, aquellos datos que posteriormente tomarán el control de sus pensamientos y su voluntad, y le harán creer que son sus propios pensamientos y su propia voluntad. No hay nada extraño en todo esto, no hay que pensar en absoluto que es algo que ocurre raramente o que le sucede a unos pocos; porque en realidad ocurre todos los días y le puede pasar a cualquiera. Solo que, si te ocurre una vez y luego te das cuenta de que hay algo extraño y que «meditar mal» te ha llevado a sentirte aún más inconsciente y te empuja a decidir que quieres meditar bien, y eliges resolverlo inmediatamente, el problema no es ni será grave. Lo es, en cambio, cuando, a pesar de ver que cuando meditas mal (por elección propia, porque te abandonas a los pensamientos en lugar de comprometerte como deberías), sigues por ese camino engañándote a ti mismo de que para ti puede estar bien practicar incluso de esa manera, que necesariamente te dará resultados (¡lo cual no sucederá! ¡Y luego te quejarás de ello!) y llevarás contigo esta indiferencia todos los días, repitiendo el mismo error cada día, entonces sí que se convierte en un problema grave. 

No se puede pensar que algunas personas están hechas para meditar bien y otras simplemente no pueden, porque eso es mentira. No se trata de un arte para el que se tiene o no se tiene aptitud, aunque sobre el arte también tendría mucho que decir sobre lo mucho que discrepo de la creencia común de que algunos son aptos y otros no; pero sobre la práctica menos aún, porque no hay ninguna diferencia entre las personas que pueden practicar y las que no. Solo hay muchas excusas que cada uno se cuenta a sí mismo para negar la existencia de la apatía artificial y no querer admitir que la padecen. 

¿Para qué sirve la hipnosis? Los alienígenas y los operadores hipnotizan a las personas para descargar en sus mentes datos que, una vez penetrados en la cabeza, tomarán el poder de los neuronas y reconstruirán redes neuronales artificiales, con los pensamientos y la voluntad que los alienígenas han decidido imprimir en los sujetos. Este traslado de datos desde sus «ordenadores» (o mejor dicho, tecnologías muy avanzadas) al cerebro humano es muy común, sobre todo por la noche, mientras se duerme, ya que estos «traslados» requieren mucho tiempo, por lo que se llevan a cabo principalmente mientras el sujeto duerme. Cuando la persona se despierta, comienza su día según los planes artificiales y, a lo largo del día, piensa y actúa según lo que el plan quiere para ella. Por lo tanto, no todo sucede de inmediato, por ejemplo, por la mañana nada más despertarse, sino que el proyecto evoluciona a lo largo del día y los acontecimientos más graves pueden ocurrir incluso a última hora de la tarde, y no necesariamente a primera hora de la mañana. Sin embargo, esto ocurre precisamente por el programa que se ha recibido la noche anterior y que se ha instalado en la cabeza. Por la noche, todos somos más vulnerables a las «descargas» artificiales y es precisamente por eso que hay que practicar mucho para proteger las horas nocturnas y, por supuesto, actuar contra los enemigos nocturnos, con antelación, antes de irse a dormir, para evitar así visitas y/o manipulaciones a distancia; elementos para los que la sola protección no es suficiente, por lo que hay que actuar de forma específica contra las frecuencias. Sin embargo, para otras personas, la descarga no solo se produce por la noche, sino también durante el día, porque también duermen durante el día, aunque afirman meditar; pero se trata de dormir. Encontrarse en esa fase de somnolencia, entre el sueño y la vigilia, y que el tiempo pase tan rápido que ni siquiera has tenido tiempo de empezar a meditar y la sesión ya ha terminado, debe hacerte darte cuenta de que no solo has dormido, sino que también has sido hipnotizado. La hipnosis sirve para descargar datos en tu cabeza y decidir cómo utilizarte para sus proyectos. Se trata tanto de actuar sobre tu vida como de utilizarte como antena para tener mayor influencia sobre la vida de los demás. ¿Qué te diferenciaría de los demás y debería impedir que los extraterrestres te utilizaran como antena, si no meditas, sino que duermes? Más allá del orgullo y de lo que quieras creer de ti mismo, hay que darse cuenta de que el problema es grave. 

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Si afirmas que meditas durante horas, durante años seguidos, y a pesar de ello no sientes ni siquiera la energía fluir por tu cuerpo, el problema es grave, porque significa que durante las sesiones te están hipnotizando y no estás consiguiendo absorber energía en absoluto y, por lo tanto, sentirla, porque obviamente no la estás almacenando. Lo mismo ocurre si sufres de ataques de sueño severos, es decir, esos ataques que llegan desde los primeros 5-10 minutos en que comienzas a practicar y no te abandonan durante toda la práctica. Si los ataques de sueño se produjeran después de muchas sesiones de práctica seguidas, tendría sentido, simplemente necesitarías un descanso para estirar las piernas; pero si los ataques de sueño te llegan inmediatamente al comienzo de la práctica, sí y no 5 minutos después, significa que el problema es grave. Tienes que empezar a meditar bien y comprometerte de verdad. Deja de hacerte la víctima, de decir que no puedes, de decir que no sabes cómo hacerlo, porque la técnica está explicada de la mejor manera posible y, si te empeñas en afirmar que no puedes o que no obtienes resultados con estas prácticas, simplemente haz lo más lógico: cambia de camino. ¡Encuentra el adecuado para ti! O deja de hacerte la víctima, de tener ese eterno estado mental de victimismo en el que tú eres el único que no es comprendido, el único que realmente no lo consigue, el único que no es entendido ni escuchado, etc. Comprométete y toda esa energía que utilizas para quejarte de ti mismo y de los demás, utilízala para practicar bien y comprometerte mentalmente con lo que estás haciendo. Pon fin a la hipnosis sobre ti mismo. 

La mayoría de las veces, las personas que se hipnotizan en lugar de meditar bien son precisamente aquellas que se convencen a sí mismas de que son mejores que los demás, de que son muy fuertes y de que saben practicar mejor que los demás. No siempre es una regla, pero la mayoría de las personas que son hipnotizadas durante todas las horas que «meditan» son, casualmente, las mismas que, ante la más mínima ocasión, intentan dar lecciones a los demás, intentan «enseñarles la vida» y quieren enseñar «psiquicidad» a sus compañeros, y son precisamente aquellos que ni siquiera saben meditar. No dan tiempo a inscribirse en un curso que ya se sienten maestros del mismo, ni siquiera se dan tiempo a aprender a meditar y, a pesar de ello, ya se convencen de que pueden modificar la técnica porque sostienen que es «obsoleta» y que ellos han descubierto cómo mejorarla. Siempre creen haber descubierto «nuevos métodos» descargándolos desde arriba, sin darse cuenta de que esos «nuevos métodos» sí han sido descargados desde arriba, es decir, desde las tecnologías alienígenas que están por encima de sus cabezas. Desde luego, no de sus «almas», como ellos las llaman. Presta atención a todas aquellas veces en las que se te ocurra la idea de modificar una técnica que no te sale bien, pensando que así irá mejor, en lugar de entrenar con la técnica correcta hasta obtener resultados; porque esa idea genial repentina de modificar una técnica poderosa pensando que eres el primer genio al que se le ocurre «actualizarla», no es una idea que el universo te pone en la mente, sino una idea que la hipnosis alienígena te pone en la mente para que te equivoques completamente de camino. 

En lugar de pensar en cómo mejorar una técnica que ya funciona, convirtiéndola para que te resulte más fácil, es decir, esperando obtener resultados con el menor esfuerzo posible, es bueno darse cuenta inmediatamente de que son ideas impuestas artificialmente precisamente para mantenerte abajo e impedirte evolucionar, impedirte practicar en serio. Así que practica esa técnica tal y como es, y esfuérzate por obtener resultados, en lugar de dar rienda suelta a tu apatía artificial que, al mismo tiempo, quiere convencerte de que eres capaz de actualizar técnicas psíquicas... que ni siquiera sabes practicar. Antes de querer enseñar nuevos métodos a tus discípulos imaginarios, debes comprometerte a meditar, obtener resultados reales y mejorar tu persona y tu vida, después de lo cual notarás que esas ideas geniales ya no serán tan geniales a tus ojos, y decidirás alejarlas de tu mente. Todo esto, por supuesto, se refiere a aquellos que tienden a querer enseñar a los demás lo que ni siquiera ellos saben hacer. 

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Presta atención a esas largas sesiones de meditación/práctica que pasan demasiado rápido y a las horas que se escapan sin que te des cuenta; elige ser más consciente y estar más presente durante cada minuto de tu práctica, para que no logren hipnotizarte. Si sientes que te estás quedando dormido, « » o entrando en un estado de trance, decide despertarte inmediatamente, incluso si eso significa moverte físicamente, abrir los ojos y darte un golpe para despertarte, pero no dejes que te hipnoticen. Aunque no sufras de somnolencia, no estás exento de la hipnosis, que simplemente actúa a través de un trance aparentemente más ligero, pero que no lo es. Es decir, la imaginación excesiva, perder el tiempo fantaseando con todo y más, excepto permanecer concentrado en el chakra o en la tarea que se debe practicar. Pensarás que, como has puesto los dedos sobre el chakra, entonces ellos tendrán que hacer todo el trabajo, y que tú, con la mente, puedes divagar y encontrarte en cualquier parte. Es un grave error, porque la meditación se realiza con la mente, no son los dedos los que deben hacer el trabajo: concéntrate completamente en tu chakra y enfoca tu mente en él. Más allá del uso del tacto o no (yo recomiendo ayudarse tocando el chakra con los dedos, ya que es de gran ayuda para concentrarse mejor en él y evitar caer en hipnosis), mantente enfocado en el chakra durante toda la sesión y no pienses en nada más; solo así podrás salir de la hipnosis y comenzar a evolucionar seriamente. Lo que he explicado en estas páginas puede ocurrir ocasionalmente a cualquiera; sin embargo, hay personas a las que les ocurre todos los días del año, durante años y años seguidos, y no se puede comparar en absoluto con quienes, a pesar del esfuerzo y las distracciones, practican seriamente todos los días y, obviamente, obtienen resultados. Hay una gran diferencia entre quienes practican y obtienen resultados, y quienes duermen, se dejan hipnotizar y luego se quejan de no tener resultados. Reflexiona sobre cuál es tu lugar y comprométete a practicar bien, al menos ahora que conoces la verdad, puedes recuperar el tiempo perdido y empezar de nuevo desde hoy a tomártelo en serio. ¡No pierdas el tiempo! No pierdas ni un minuto más quejándote. Comprométete y cambia tus planes. Una vez más: deja de querer vivir de la victimización. 

Es necesario abordar este tema antes de comprender mejor los próximos capítulos. En las últimas décadas, la hipnosis se ha presentado y promocionado como algo útil para la persona que se somete a ella, sin advertirle de las consecuencias que tendrá: no tanto en el momento en que se somete a la hipnosis, sino por lo que vendrá después en su vida personal a largo plazo. La hipnosis se está publicitando como algo bonito, útil «para recordar vidas pasadas» y demás, pero la realidad es muy diferente: quienes practican la hipnosis actúan como antenas humanas, ya que los Operadores utilizan a estos «hipnotizadores» para convencer a las víctimas de que acepten voluntariamente la hipnosis, incluso deseándola; sin embargo, el fin no beneficiará al sujeto, sino solo a los Operadores. El objetivo de la hipnosis es utilizar la aceptación de la víctima para introducir con mucha más facilidad y rapidez las energías artificiales de los operadores y los alienígenas, con el fin de tomar el control de la víctima. Mientras el sujeto pensará que está hipnotizado para recordar sus vidas pasadas o las experiencias que ha tenido con los alienígenas, lo que sucederá después, en los meses y años siguientes, será todo obra de los Operadores a los que él mismo habrá dado acceso voluntariamente. Lo sufrirá todo solo para convencerse de que basta con «dejarse hipnotizar» para recordar vidas pasadas o experiencias con los alienígenas. No es así. 

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Aquellos que convencen a la gente de que a través de la hipnosis pueden recordar experiencias con extraterrestres y/o vidas pasadas están impulsados por el gobierno y financiados por él para que cumplan con su deber: convencer a las personas de que se hipnoticen para ser poseídas artificialmente por los operadores.

La idea de que basta con pagar a un hipnotizador para recordar todas las vidas pasadas, sin necesidad de practicar ni realizar ninguna técnica ni esfuerzo para recordarlas, es una trampa que sirve para atraer a los apáticos que no quieren comprometerse y que piensan que pueden conseguirlo todo simplemente pagando a alguien que haga el trabajo por ellos. Cuando se trata de la evolución psíquica y, por lo tanto, también de recordar nuestras vidas pasadas (¡no que nos cuenten la historia de otra persona, sino recordar nuestras propias vidas pasadas! ¡Que solo nosotros podemos y debemos conocer de nosotros mismos!), no se puede simplemente pagar a alguien para que haga nuestro trabajo. ¿Qué sucede realmente durante la hipnosis y por qué algunas personas afirman haber tenido flashes y recuerdos de vidas pasadas? Lo que ocurre es que durante la hipnosis realizada por el hipnotizador —hipnosis que solo funciona si hay Operadores detrás que impulsan artificialmente la hipnosis, para que el hipnotizador adquiera buena fama y sea creído y aceptado públicamente por la gente—, la mente de la víctima comienza a «descargar archivos» que los Operadores le están introduciendo en la cabeza; durante la descarga, para distraer la atención de la víctima y que no se dé cuenta de lo que está pasando realmente, le muestran imágenes muy bonitas o muy feas, siempre que sean extremadamente emocionantes, para que crea que se trata realmente de sus vidas pasadas, ya que está sugestionado por emociones muy fuertes. Sin embargo, son recuerdos falsos, creados por los operadores con el fin de engañar a su mente. Casualmente, la mayoría de los que acuden al hipnotizador para ser hipnotizados recordarán haber sido Napoleón o Julio César, u otros nombres obviamente famosos y muy importantes, ya sea Cleopatra o Venus, o Jesús o un apóstol de Jesús, pero, al fin y al cabo, las historias son siempre las mismas... y esto se debe a que los Operadores no necesitan esforzarse en crear historias emocionantes para cada persona que va a hipnotizarse, sino que simplemente proyectan la misma película en la mente de cualquiera, eligiéndola entre una de las películas ya grabadas y utilizándola y reutilizándola infinitas veces. 

Dado que el programa funciona, ya que las personas que acuden a la hipnosis realmente creerán en él, los operadores no necesitan modificar el vídeo ni crear muchos diferentes, sino que siempre reutilizan los mismos. Mi consejo es que evites categóricamente aceptar cualquier forma de hipnosis, precisamente porque la hipnosis no termina cuando te levantas de la silla y pagas la cuenta al tipo que tienes delante y que se hace pasar por hipnotizador. La verdadera hipnosis comienza justo en ese momento, cuando te vas, y durará el resto de tu vida, a menos que encuentres el método psíquico para salir de ella, es decir, actuando psíquicamente contra ella y contra los alienígenas y operadores que hay detrás. La idea de poder «recordar» tus vidas pasadas pagando a alguien para que te las recuerde es una mera mentira, una trampa con una bonita fachada que sirve para atraerte a su jaula artificial, de la que luego será muy difícil salir. Es muy importante no dejarse hipnotizar y no aceptar ninguna forma de hipnosis de nadie, ni consciente ni inconsciente, ni siquiera por diversión, y mucho menos pagando para que te exploten. Todo ello te predispone mucho más a ser hipnotizado en tu vida cotidiana y a sufrir verdaderas posesiones artificiales, que no tienen nada que ver con tirarse al suelo y retorcerse o escupir clavos... sino con convertirte en la voz de los operadores, la antena humana que ellos explotan para difundir manipulaciones mentales también hacia otras personas que nos rodean, lo cual es mucho peor. 

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Al aceptar la hipnosis dentro de ti, incluso cuando creas estar lúcido, serás más propenso a aceptar las reglas ilegales del Gobierno, como vacunarte, obligar a tus familiares a vacunarse, delatar a los vecinos que no se han vacunado a las fuerzas del orden y muchas otras decisiones similares, que son derivadas de las Posesiones Artificiales. No es casualidad que todos los que han sido «clientes» de los hipnotizadores más famosos y conocidos de Italia, pero también de Estados Unidos y del mundo, estén hoy vacunados. Preguntémonos cómo es posible que estas personas que afirman haber «recordado sus vidas pasadas gracias a la hipnosis» sean también las primeras en acudir a vacunarse, además de obligar con violencia psicológica e incluso física a sus familiares a seguir el mismo camino. Preguntémonos por qué quienes se enorgullecen de haber sido hipnotizados «para recordar sus experiencias con los extraterrestres» han sido de los primeros en ponerse la mascarilla, hacerse pruebas y vacunarse varias veces. Preguntémonoslo, porque las correlaciones existen. 

La hipnosis es un arma del Gobierno utilizada desde hace tiempo para someter a las personas a sus órdenes, y es absurdo que hoy en día haya conseguido convencer a la gente de que la hipnosis puede ser algo bueno, hasta el punto de empujarla a desear ser hipnotizada por voluntad propia. La hipnosis es un arma utilizada contra la población con el fin de convencerla de que realice acciones que, de otra manera, en conciencia, nunca haría, y que más bien preferiría morir antes que cometer ciertas acciones. Pero bajo hipnosis se pierde el control total y la conexión total con la propia conciencia, por eso se acaba haciendo incluso lo que nunca se haría por ninguna razón. Las voluntades que se te introducen en la cabeza se convierten en tuyas, aunque en origen no lo fueran. La hipnosis consigue controlar la mente y el cuerpo de los hipnotizados sin que la conciencia intervenga y consiga impedir que su cuerpo humano realice esas acciones determinadas. Nunca se debe aceptar ser hipnotizado, ni perder la conciencia y el control sobre el propio cuerpo, los propios movimientos y los propios pensamientos. 

Por esta razón, además de no dejarse hipnotizar voluntariamente acudiendo a hipnotizadores, es fundamental no dejarse hipnotizar ni siquiera cuando se cree que solo se está pensando y fantaseando, ya sea descansando en el sofá, escuchando música en el autobús o meditando, para evitar así ser hipnotizado durante la propia «ausencia» dentro de la mente y permitir que alguien más esté presente. 

Fin de la página 8 de 8. Si te ha gustado el artículo, comenta a continuación describiendo tus sensaciones durante la lectura o la práctica de la técnica propuesta.