La disinformazione sugli Alieni (2 parte)

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Por supuesto, sin embargo, la situación puede ser diferente dependiendo de cuándo se lea este libro: si estás leyendo este libro nada más publicarse, es decir, en el año 2016, significa que lo que sigue cuenta exactamente lo que está ocurriendo en este preciso momento. Si, por el contrario, estás leyendo este libro muchos años después de su publicación, quiero creer que los Reptilianos y especialmente los Naranjas ya deben considerarse dos razas moribundas -en referencia a su presencia en este planeta-, por lo que es posible que no tengan tanto poder sobre nosotros como han tenido hasta ahora. Pero seguramente habrá otras razas a las que derrotar. Dicho esto, si ahora estoy describiendo a estas dos razas como de las más poderosas, puede que no sea necesariamente así dentro de unos años. Mi consejo es que me sigas en las plataformas online y te informes sobre la actualidad de la presencia alienígena a través de mis escritos regulares, para que puedas estar al día de la actualidad, junto con todos los demás estudiantes que me siguen. Sin embargo, es seguro que, independientemente de cuándo leas este libro, todo lo que se describe te ayudará a reconocer la presencia alienígena y a protegerte de ella, sea cual sea el año o la época en que vivas. Todas las razas alienígenas que han pisado la Tierra han tenido motivaciones más o menos similares para visitar este planeta o permanecer aquí. En primer lugar, lo que les impulsó a entrar y conocernos fue la curiosidad por un planeta nuevo. Para algunos de ellos, nuestra Tierra es vagamente similar a su lugar de origen, por lo que les resultaba familiar; para otros, es totalmente distinta de lo que esperaban, por lo que les resultaba aún más intrigante. Imagina cómo te sentirías si tuvieras la tecnología para viajar a otro planeta sin preocupaciones, gracias a los medios seguros y avanzados de que dispones: por supuesto, tu único pensamiento sería querer ver y conocer tantos lugares como fuera posible. Entre estos viajeros, sin embargo, hay muchas razas oscuras, movidas por el deseo de conquista, nada menos que el mismo deseo que nos ha movido a los humanos durante todos estos milenios. Los humanos también somos conquistadores, hemos luchado entre nosotros para conquistar otras tierras, por lo que no debería parecernos tan extraño que presencias mejor equipadas que nosotros se desvivan por conquistar planetas enteros y no se detengan en la conquista de uno solo. Tienes que abrir la mente para darte cuenta de que, si nunca has hecho o conseguido algo así en tu vida, no significa que este tipo de situación no exista en todo el universo. Del mismo modo que en nuestra historia humana ha habido muchas personas que han conquistado naciones una tras otra hasta conquistar continentes enteros, no debería ser difícil comprender la razón por la que algunos individuos extraterrestres -seguidos de sus ejércitos- están interesados en conquistar planetas enteros. Para nosotros, los tiempos han cambiado, o más bien nos parece que lo han hecho, porque vivimos en una nación en la que parece que hace tiempo que no hay guerra, aunque existen guerras ocultas invisibles para la población de las que hablaremos más adelante. Sin embargo, sigue habiendo guerra en algunas partes del mundo y, entre bastidores, sigue habiendo una guerra sutil y oculta presente en todo el mundo, motivada por conflictos de intereses económicos. No obstante, aún nos maravilla la idea de que algunas razas extraterrestres puedan estar interesadas en nuestro planeta para conquistarlo. Si los humanos dispusieran de la tecnología adecuada, ¿crees que no harían lo mismo? Puede que tú no, pero el gobierno sí lo haría, sin tu conocimiento y el de todos los ciudadanos de a pie que somos. Quién sabe, tal vez ya lleven tiempo haciéndolo a nuestras espaldas, viajando a otros planetas con la intención de conquistarlos e incluso creando enemigos que podrían vengarse de la raza humana. Dicho esto, no debería escandalizarnos saber que existen razas alienígenas oscuras cuyo único interés es conquistar nuestro territorio, y por tanto nuestro planeta, sin ningún interés por respetar nuestra cultura, nuestra vida y nuestra evolución. A las razas oscuras les mueve el deseo de conquista, es decir, desean conquistar el mayor número posible de planetas con la expectativa de poseerlos todos. De forma parecida a las guerras entre humanos, las mismas actitudes conquistadoras pueden encontrarse en las razas alienígenas, que creen que poseer otros planetas -incluso a costa de luchar y matar a sus habitantes- puede hacerles lo suficientemente poderosos como para convertirse en inmortales. Algunas razas lo creen y aspiran, con sus avanzadas tecnologías, a conseguirlo. Nuestro planeta es atractivo en muchos sentidos, porque a diferencia de otros mundos y dimensiones, que son en su mayoría monótonos, el nuestro tiene una gran variedad de culturas y lugares diferentes. 

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Desde las ciudades más populosas que podríamos llamar futuristas (llenas de luces, adornos, tecnología punta, etc.), hasta ciudades mucho más tranquilas y pueblos de rasgos humildes. En este planeta podemos encontrar desde lugares extremadamente poblados, como las ciudades más imponentes del mundo, hasta lugares prácticamente inhabitables para el hombre, como desiertos, enormes extensiones de bosques, por no hablar de los océanos en los que, obviamente, el hombre no puede vivir. Hay países muy ricos y países muy pobres, así como islas donde, en este mismo momento, aún viven tribus no civilizadas (consulta Tribus no contactadas del mundo, verás que hay muchos pueblos primitivos que aún viven en los lugares más remotos de este planeta). Hay lugares muy cálidos y otros muy fríos, por lo que en la Tierra hay una enorme variedad de lugares, pueblos y culturas que no es tan evidente en otros planetas. Para nosotros, esto es lo normal, aunque nosotros mismos no sepamos casi nada de este mundo; de hecho, lo damos por sentado aunque ignoremos la mayor parte de su información. Sin embargo, en este planeta hay una gran variedad de lugares, clima, evolución tecnológica y cultura. Podríamos llamarlo un planeta de muchos recursos, a diferencia de otros planetas y dimensiones que son más estándar y homogéneos, es decir, que desde cualquier punto que los mires siguen siendo iguales: o hace todo calor o hace todo frío, o siempre es de día o siempre es de noche, a diferencia de éste que es muy diverso y particular, lleno de detalles que no se encuentran igual en todos los puntos del globo. No todos los demás mundos se parecen al nuestro: de hecho, hay planetas que son algo planos, en el sentido de que en ellos hay una sola lengua, una sola cultura, un solo nivel de tecnología; por tanto, todos los habitantes de ese planeta viven más o menos igual, a diferencia del nuestro, en el que los habitantes son muy diferentes, desde el color de la piel hasta la educación que se nos imparte desde la infancia, desde la cultura personal hasta la forma de comer. Los humanos de todo el mundo somos muy diferentes entre nosotros y por eso muchas razas alienígenas se sienten intrigadas por nosotros. Por otra parte, muchas otras razas viven en planetas que -como el nuestro o incluso más- son muy variopintos, en el sentido de que en ellos hay más "clases" de seres vivos, más variedades de lugares, temperaturas, etcétera. Un poco como en nuestro planeta, donde hay diferentes "razas" de humanos, lo que no debe sonar como un insulto, sino como un gran mérito de este planeta. También en otros planetas hay distintas razas de la misma especie, es decir, ejemplares diferentes en apariencia pero que en realidad pertenecen a la misma especie. Hoy en nuestro planeta, con la excusa de ser inclusivos, de ser "todos iguales", el gobierno quiere destruir la diversidad que, en cambio, deberíamos defender a toda costa. Precisamente porque la diversidad de cada uno de nosotros nos hace únicos, a diferencia de lo que el gobierno -con giros y manipulación mental- quiere hacernos creer. Nos dicen que "todos somos iguales" para convertirnos en copias, privándonos de nuestra identidad. Es el gobierno el que es racista, es el gobierno el que odia la diversidad: pero para gobernarnos necesita hacernos creer que es el pueblo el que es racista, ¡que todo es culpa nuestra! Y volveremos a hablar de esto, porque nuestra diversidad nos convierte en un pueblo único y unido que el gobierno quiere sustituir por clones y fotocopias que se odian entre sí. En otros planetas aún, hay varias razas alienígenas que, aunque proceden de otros lugares de nacimiento, por una razón u otra se encuentran viviendo juntas en el mismo planeta. Por tanto, que quede claro que nuestro planeta no es "el único" ni "el más bello"; hay muchos planetas muy distintos del nuestro y cada uno tiene sus peculiaridades. Dicho esto, quienes visitan nuestro planeta se encuentran fascinados porque la Tierra posee peculiaridades para todos los gustos, así como minerales y sustancias que no se encuentran en otros planetas y que desean, por lo que las razas conquistadoras desearían apoderarse de él y poseerlo por completo. Por otra parte, no todas esas razas piensan en el exterminio masivo, de ahí la eliminación de la humanidad, porque algunas de ellas la consideran un desperdicio. De hecho, no sólo les interesa el planeta: también pretenden poseer su contenido, es decir, los humanos. Tomar el territorio no es suficiente si no pueden ocuparse de él, por lo que necesitan un ejército de sirvientes. Creemos que somos libres, pero al final servimos a los que están por encima de nosotros sin saber siquiera el nombre de nuestro amo.

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Mientras que los extraterrestres neutrales vienen aquí a observar, a contemplar nuestra naturaleza y, por qué no -intentando no ser descubiertos-, a conocer nuestras culturas y estudiar más de cerca a los humanos, los extraterrestres oscuros se esfuerzan por subyugar a su enemigo de guerra (es decir, nosotros) para robarles su territorio sin exterminar del todo a la raza, porque nos necesitan para trabajar. Algunas de las mejores razas vienen aquí a ayudar, no sólo por curiosidad o para saber cómo vivimos, como una especie de vacaciones o viaje de estudios, sino que vienen a ayudar, a aportar soluciones a nuestros problemas, sin que lo sepamos; algunas de ellas se encariñan tanto con nosotros, que incluso deciden ayudarnos luchando contra los oscuros, que llevan mucho tiempo intentando subyugarnos. Pero no pueden hacerlo todo. Las razas malvadas no tienen ningún interés en convertirse en nuestros amigos y aliados, por supuesto que sienten mucha curiosidad por nuestra Mente y también nos estudian, pero su principal objetivo es apoderarse del planeta y convertirnos en sus marionetas: para ello tienen que controlar nuestras vidas y muchas de ellas disfrutan viéndonos sufrir sin ninguna motivación real. Algunas razas oscuras nos ven como seres inferiores, inútiles y estúpidos, por lo que creen que les está permitido maltratarnos y manipularnos. Independientemente de cuál sea nuestro nivel de evolución, no tienen derecho a venir a nuestro planeta y decidir sobre nuestras vidas, porque aunque tengan tecnologías superiores a las nuestras, eso no quita que no sean nuestros líderes. No son Dios, no pueden permitirse hacernos esto. Sin embargo, dejamos que lo hagan. Podemos verlo tanto en la raza humana como en otras razas; de hecho, incluso entre los humanos hay personas que, creyéndose superiores a los demás, se sienten obligadas a encargarse de "entrenar" a otros humanos, hasta el punto de maltratarlos, esclavizarlos y privarlos de sus vidas, siguiendo la creencia de que todos los demás son inferiores, en consecuencia "demasiado estúpidos para pensar y decidir por sí mismos". Con la misma convicción, algunas personas deciden imponer su voluntad a los demás, como si el mundo los necesitara, a esos líderes autoelegidos que deben dirigir el rebaño, porque creen que todos los demás no son más que ovejas. No hay ninguna razón lógica para ello, pero algunas personas están convencidas de que tienen que decidir sobre la vida de los demás, con la idea de que, de lo contrario, no sabrían vivirla por sí mismos. Eso es lo que creen. Intenta pensar, por ejemplo, en cuántos empresarios hemos conocido a lo largo de nuestra carrera laboral. ¿Cuántos de ellos estaban tan convencidos de que eran nuestros jefes que olvidaron que sólo lo serían durante las horas de trabajo y sólo en lo que respecta a ese trabajo concreto? Algunas personas, desde el momento en que contratan empleados, empiezan a sentir que son el jefe de la vida de esas personas, no sólo dentro de la empresa, sino también en su vida privada. Tanto es así que puede que hayas conocido a jefes que han intentado decidir por ti cómo llevar tu vida fuera del horario laboral, es decir, cómo comportarte, cómo vestirte, con quién salir. Al igual que esos empleadores, que tratan a sus empleados como tontos, como si sus vidas no valieran nada si sus empleadores no les dijeran cómo comportarse, del mismo modo hay extraterrestres oscuros que están convencidos de que, como tienen un equipo tecnológico superior al nuestro, eso les da derecho a controlarnos, manipularnos y apoderarse de nuestras vidas. Creen que son superiores a nosotros pero, aunque esto fuera cierto, somos seres vivos y tenemos derecho a vivir nuestras vidas como queramos, sin necesidad de que un dictador nos mande y decida por nosotros lo que es mejor que hagamos con nuestras vidas; también porque, lo que él considera correcto, sólo tiene como objetivo lo mejor para sí mismo, ya que sólo le interesa su propia cuenta. Ciertamente, a los alienígenas oscuros no les interesa nuestro bien. Ha habido momentos en esta Tierra en los que los alienígenas han sido más fuertes e incisivos, mientras que en otros casi parecía como si su presencia hubiera desaparecido. Esta sensación era en parte cierta, ya que se debía a dos razones principales: la primera era que nuestro planeta nunca fue el único en el que se interesaron los alienígenas, sino que siempre fue uno de tantos. De hecho, durante ciertos periodos (que pudieron durar incluso siglos) algunas razas lo marginaron para ir a ocupar otros planetas; muchas veces abandonaron este mundo para intentar conquistar otro y, tras conseguirlo -o fracasar estrepitosamente-, volvieron aquí para retomar el trabajo que habían dejado atrás. Mientras tanto, esto no significa que nuestro planeta fuera poco visitado, pero ciertamente las razas más ruidosas eran menos visibles. 

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La segunda razón la dictan, por supuesto, los humanos Psíquicos (de los que hablaremos con mucho más detalle más adelante) que han luchado para defender este planeta, y en muchos casos han vencido. En el pasado, algunos humanos Psíquicos muy evolucionados utilizaron toda su fuerza mental y física para derribar la presencia alienígena enemiga y expulsarla, eliminando así a ciertas razas de la faz de la Tierra con la esperanza de que nunca regresaran. Pero, por desgracia, los humanos no viven eternamente, y los que habían protegido al pueblo humano durante toda su vida no podían cuidar de ellos durante milenios, sino sólo durante los años que vivían. Esto significaba que cuando, por desgracia, a estos fuertes psíquicos se les acababa el tiempo y sus vidas llegaban a su fin, por vejez o por otras razones, los oscuros regresaban a este planeta para probar suerte de nuevo. Como ya no quedaban Guerreros anteriores, que ya habían expulsado a la presencia alienígena de este planeta, había que esperar a que otra persona ocupara su lugar y los expulsara de nuevo. Pero encontrar a este tipo de persona nunca ha sido fácil. De hecho, no es seguro que nadie llegue a serlo, y mucho menos que decida tomarse esta misión tan en serio. Así que nunca fue una conclusión inevitable que el planeta estaría protegido por personas psíquicas que trabajarían para proteger al resto de la población de la manipulación alienígena. El error que los humanos han cometido demasiadas veces, y siguen cometiendo hoy en día, es esperar siempre a que otro haga el trabajo por ellos; por lo tanto, en lugar de trabajar todos juntos para evolucionar nuestras habilidades, para prevenir al enemigo que tarde o temprano puede volver a atacar, y así estar más que preparados, preferimos dejar que otro haga el trabajo sucio por nosotros. Muchas veces, esa clase de cobardes somos nosotros, que esperamos a que otro nos salve sin mover un dedo para ayudar. Básicamente, esperamos a que alguien más dé un paso adelante y decida contraatacar a la presencia alienígena para proteger a todos los demás, sin pensar que nosotros deberíamos ser los primeros en reaccionar. Por eso algunas de las razas oscuras de este planeta llevan más años resistiendo, hasta el punto de que algunas de ellas llevan tantos siglos presentes que ya ni siquiera nos damos cuenta de su presencia, puesto que nos han acostumbrado a su aspecto como si fuera tan normal y perteneciera a este planeta como el nuestro. Incluso hoy en día, no se han derribado. Hay personas en este planeta que están convencidas de que son más inteligentes que los demás, más listas y más poderosas, en parte debido a la riqueza económica que poseen y que les permite hacer lo que quieran; por lo tanto, se sienten con derecho a dominar sobre otras mentes porque están seguras de que los ciudadanos (es decir, nosotros) son demasiado estúpidos y débiles para poder vivir sus vidas sin que alguien controle y manipule cada una de sus elecciones. Entre estas personas, están los simbólicos, a los que podemos ver en vídeos, en fotos, en revistas, en la web, personas muy influyentes porque poseen una enorme riqueza económica que utilizan -mucho más de lo que imaginamos- para influir en las elecciones de la gente y aumentar aún más su fama. Pero los que realmente nos manipulan, tanto que nos mantienen en la oscuridad, son los que están en la cima del gobierno. Los verdaderos Jefes de Gobierno tienen que ser igual de exaltados para convencerse de que tienen derecho a controlarnos a todos. Los que están en la cúspide del gobierno están siempre rodeados de un enorme misterio, pues no sólo no se nos informa de sus descubrimientos y conocimientos sobre los más variados temas que nos interesan a todos (como los extraterrestres), sino que estamos sometidos a un Líder Mundial al que no conocemos y al que ni siquiera podemos preguntar quién es, pues de lo contrario nos jugamos la vida; o al menos eso es lo que nos hacen temer. ¿No es extraño? ¿No es extraño que toda la población mundial no decida volverse contra quienes nos gobiernan y exigir respuestas de una vez por todas? No, no es extraño, porque los que están en la cúspide del gobierno han pensado en cómo evitarlo: desuniendo, de la forma que sea, a la población mundial, para que no puedan confiar los unos en los otros, para que no exista una comunicación adecuada, para que no exista ningún vínculo entre los pueblos del mundo. De este modo, el gobierno se asegura de que los pueblos no se den poder unos a otros para ir contra estas absurdas manipulaciones de masas. Por eso la mayoría de la gente tiene miedo de hacer esta pregunta. Sin embargo, al hacerlo, les hacemos el juego y aceptamos una vez más que nos han ganado la partida. El verdadero gobierno está formado por un pequeño grupo de personas, de las cuales una es la que manda en última instancia, pero la jerarquía es mucho más alta de lo que pensamos; tanto que ni siquiera todas se conocen entre sí, precisamente para mantener una confidencialidad segura.

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Aquel que está en la cima de todo el mundo está tan oculto y es tan desconocido que ni siquiera los "políticos" que conocemos le conocen; como no son más que marionetas, en realidad no mandan nada. De hecho, el verdadero gobierno que controla a la población no es en absoluto el que conocemos públicamente, formado por los diversos políticos cuyos nombres y caras conocemos; eso es sólo una pequeña fachada para mantenernos distraídos. Los que mandan nunca se muestran en público. En pocas palabras, es muy posible que ya no tengamos Jefe de Gobierno y no nos demos cuenta, o que lo tengamos pero no sepamos si es un hombre, una mujer, un niño o un extraterrestre, no sospecharemos nada, al no haberlo visto nunca en ninguna parte y no tener la menor información sobre él. Nos vigila a todos, mediante los innumerables controles de la identidad de las personas a escala mundial, así como con cámaras colocadas por todas partes, además de micrófonos y cámaras en teléfonos móviles y ordenadores con el pretexto de que son para mayor seguridad de los ciudadanos y, por tanto, para nuestro propio bien; es una pena, sin embargo, que cuando necesitamos las grabaciones tomadas por esas cámaras, para nuestra propia seguridad, nunca "funcionen", una excusa flagrante para no darnos acceso a esas cintas. Por no hablar del proyecto de hacer obligatorio el chip subcutáneo en todo el mundo dentro de unos años, que ya está teniendo un gran éxito también en Italia, donde cada vez más gente elige por su propia "voluntad espontánea" que se lo inserten. Aunque muchos siguen oponiéndose a este proyecto de control masivo, la gente es tan ingenua y está tan manipulada que algunos intentarán convencer a otros de que se inserten el chip subcutáneo como si fuera algo de moda, algo guay. Al fin y al cabo, sólo tenemos que esperar a que el gobierno invente nuevas razones (o excusas) que utilizará para convencer al resto de la gente de que acepte que le inserten el chip subcutáneo. ¿Cómo? Con otro de sus trucos. De hecho, los que nos gobiernan, primero vuelan un edificio y luego nos dicen que fueron los matones que hay entre nosotros los que hicieron ese acto, y que por culpa de ellos (o de "los nuestros") es necesario aumentar los controles (con la inserción de cámaras en todas las calles, avenidas y lugares públicos) para evitar que vuelva a ocurrir. Es una lástima que los matones que volaron el edificio y de los que nos defendemos con sus cámaras sean precisamente ellos, los que nos controlan, los que han ideado estos métodos no sólo para que aceptemos las cámaras en todas partes y de buen grado, sino también para que queramos colocarlas dentro de nuestras propias casas. Los que están en la cima del gobierno lo saben todo sobre nosotros, aunque nosotros no sepamos nada en absoluto sobre ellos. En otras palabras, podríamos incluso tener un perro por jefe y nadie lo sabría. Especialmente en los últimos siglos, los seres humanos se han ablandado tanto que, para no asumir la responsabilidad de su propia vida, prefieren confiársela a otra persona. Así no tienes que hacer nada: él se ocupará de todo, tú ya no tendrás ninguna responsabilidad que asumir y de la que preocuparte, porque él decidirá sobre tu vida, por ti. En esencia, sin darnos cuenta, estamos aceptando que otra persona decida por nosotros, en los ámbitos más variados de nuestra vida. Pensamos que ésta sería la solución más fácil, pero desgraciadamente, como ocurre con todo, se ha apoderado de nosotros y nos gobierna. Por otra parte, muchas veces no creemos que ni siquiera el jefe de gobierno sea inmune a la vejez, así que quién sabe cuántas veces ha cambiado y cuántos han ocupado su lugar, y nadie se ha enterado de nada. Si cambia una persona, obviamente cambian las intenciones y los objetivos de la persona que está en la cima; entonces cambian las órdenes que da a sus subordinados y cambian las razones para controlar a la gente. Ah, se me olvidaba: algunos de los lectores seguirán pensando: "¿De qué estás hablando? Sabemos muy bien quién está en el gobierno, de hecho tenemos una lista muy grande de políticos que...", pero siento decirte que los políticos que vemos en la televisión no son los que realmente dictan la ley, sino que son meras personas que actúan, que leen el guión que les dan otros. Esto se debe a que la mayoría de los políticos no son más que marionetas colocadas ante la pantalla, pagadas para actuar, sólo para ocupar nuestros pensamientos y distraernos, a fin de ocultar el verdadero rostro de los verdaderos dirigentes de este mundo que, ciertamente, no quieren ser conocidos ni reconocidos por todos nosotros. Todos los presidentes, todos los senadores, todos los políticos cuyos nombres y caras conocemos (¡muchos de los cuales tienen nombres ficticios para ocultar sus orígenes!) son sólo Actores, a los que se les paga por actuar y, algunos de ellos, ¡ni siquiera saben que son actores! Porque viven su vida donde el dinero es lo único que cuenta, y no les importa nada ayudar al pueblo estudiando una Ley adecuada para nosotros, adecuada a nuestro tiempo y a nuestras necesidades; les entregan papeles ya escritos por otro, que firmarán con su propio nombre y actuarán ante las cámaras como si hubieran sido sus ideas, sus propuestas, sus decisiones. Eso es normal, ¡no digamos si el verdadero Jefe pretendiera ser descubierto! Si así fuera todo se vendría abajo, ¡y eso es lo último que quiere! 

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