La protección psíquica: cómo protegerse de las entidades (3ª parte)

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La primera razón por la que empecé a protegerme, hace muchos años, fue el miedo a las entidades. Por desgracia, no vivía una situación fácil, porque algunas presencias muy fuertes me mantenían despierta todas las noches e influían en mi vida. Sin embargo, agradezco todos esos acontecimientos pasados, porque me empujaron a aprender a protegerme y a entrenarme para mejorar y descubrir que hay otros niveles, mucho más altos de lo que imaginamos. Con los años he aprendido que la protección no solo sirve para protegerse de las entidades, sino también de las personas y los acontecimientos negativos que pueden afectar a cada individuo, a veces de forma aleatoria. De hecho, a veces sufrimos ataques dirigidos que han sido ideados expresamente para hacernos daño, mientras que otras veces nos vemos afectados por situaciones que no estaban destinadas a nosotros, pero que acabamos sufriendo sin haber hecho nada para merecerlas. Hay muchas razones por las que debemos protegernos cada día y nos vemos afectados si no lo hacemos, pero en esta lección quiero explicarte cómo protegerte de las entidades y por qué hacerlo. 

Las entidades tienen vía libre en cualquier casa desprotegida, porque no hay ninguna barrera psíquica que les impida entrar. No respetan las reglas humanas, porque no tienen ninguna razón para hacerlo, por lo que no se detienen ante puertas cerradas o prohibiciones de acceso: entran en cualquier lugar e influyen en los lugares por donde se mueven. La costumbre de creer que las entidades solo existen en casas abandonadas, y por lo tanto encantadas, y que no se mueven de allí, nos hace pensar que no hay forma de que haya presencias en nuestra casa o en los lugares que frecuentamos, porque nos basamos en una idea completamente errónea de las entidades. De hecho, estamos convencidos de que si en una vivienda no se producen con frecuencia fenómenos poltergeist, es decir, objetos que se mueven solos o puertas que se cierran con violencia, entonces no hay ninguna presencia que pueda hacernos daño de alguna manera. Incluso pensamos que si hay una entidad presente pero no cierra las puertas ni mueve objetos, entonces se puede definir como buena y, por lo tanto, inofensiva. Por desgracia, esto dista mucho de la realidad. La presencia de entidades siempre causa problemas. A menos que se trate de entidades realmente buenas, verdaderamente positivas y luminosas, hasta el punto de que su presencia te cura y resuelve tus problemas, lo cual es muy raro, el resto de las presencias traen consigo confusión e influencias que reducen tu energía y tu salud. Ya se trate de fantasmas de personas que vivieron en la casa antes que tú, que crees que son inofensivos solo porque nunca han tenido un comportamiento violento en concreto, o de larvas o entidades más amenazantes, la protección psíquica consigue bloquear sus influencias energéticas y mantenerlas alejadas de ti. Desgraciadamente, incluso las entidades que consideramos más neutras nos influyen negativamente, exactamente igual que lo hacen las personas: incluso las personas que nos rodean, aunque no sean malas, nos influyen y a menudo nos bajan la energía, devolviéndonos a una vibración baja y, a veces, negativa. El problema es que, en la mayoría de los casos, las entidades, incluso las más silenciosas, nos influyen con sus energías, que acaban creando problemas en nuestra salud, en nuestra emotividad e incluso en las tareas cotidianas, haciéndolas más propensas a lo negativo. En pocas palabras, las entidades que habitan en los hogares suelen traer mucho desorden energético, entre otras cosas, «mala suerte». Aunque no te des cuenta, las entidades influyen mucho en tus pensamientos, tus sentimientos y tu estado de ánimo; estás convencido de que tienes buenas razones para estar a menudo nervioso o triste, pero en realidad estas emociones te han sido inducidas por su presencia. El hecho es que la mayoría de las personas no ven las entidades, ya que no tienen una visión energética desarrollada, por lo que muchos creen que en su casa no hay nada de eso, pero hay algo. 

Como ya se ha dicho, en algunas casas se pueden encontrar fantasmas que llevan mucho tiempo allí, pero eso no significa que las demás casas estén deshabitadas. Los fantasmas, las larvas, las personas sombra, todos ellos pueden moverse por los lugares y aparecer en una casa sin necesidad de que esta les pertenezca. 

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La idea de que un fantasma solo se manifiesta en la antigua casa donde vivía cuando estaba vivo no tiene sentido, porque la mayoría de las entidades van y vienen libremente donde les place, no se quedan fijas en una sola casa, sino que se desplazan a menudo de un lugar a otro. Pongamos el ejemplo típico de los abuelos que protegen a su nieto. En muchas ocasiones, cuando un nieto tiene una relación muy bonita con uno de sus abuelos, o con ambos, cuando estos fallecen, el nieto sigue sintiendo su presencia. Muchas veces habrás oído a alguien decir que se siente protegido por sus abuelos y que, a veces, en su casa, siente su presencia. A veces es solo una sensación, pero muchas otras historias son reales. Este es solo un ejemplo sencillo pero típico que demuestra que incluso los fantasmas más recientes, que no tienen mucha experiencia en la dimensión incorpórea, pueden desplazarse de una casa a otra sin límites; de hecho, el nieto siente su presencia incluso estando en su propia casa, y no necesariamente yendo a la antigua casa de sus abuelos. Esto significa que las entidades de los abuelos son capaces de desplazarse para ir a casa de su nieto. Las entidades pueden desplazarse, y más aún las personas sombra, que son mucho más errantes y no tienen problemas en cambiar de zona con frecuencia. Mientras que algunos fantasmas prefieren pasar la mayor parte del tiempo en su antigua casa, otras entidades, como las personas sombra, no se vinculan a un lugar concreto, sino que merodean por él mientras les conviene, es decir, hasta que encuentran su alimento y su comodidad. En cuanto sienten que el lugar ya no les conviene, se marchan y cambian de casa. Tener una o varias personas sombra en casa no es nada bueno, porque traen problemas, malestar, mal humor e incluso cambios de comportamiento, hasta el punto de alterar el carácter de las personas que viven en la casa y hacerlas mentalmente inestables. Todo sucede de forma repentina porque nadie se da cuenta del momento en que la entidad entra en la casa, ya que ninguno de los inquilinos es capaz de verla, pero desde ese momento influye en el estado de ánimo y la salud de las personas, a menudo causándoles problemas familiares y vitales nada desdeñables. Muchas entidades no son poltergeists, en el sentido de que no mueven objetos ni hacen ruido, por lo que, si no eres muy perceptivo, nunca notarás su presencia, ni siquiera después de años y años de convivencia, a menos que sean ellas mismas las que se den a conocer mostrándose o provocando ruidos que te hagan sospechar; de lo contrario, nunca notarás nada, pero eso no significa que no haya ninguna presencia. 

Algunas presencias son aún más silenciosas, como las pequeñas larvas, que no se ven ni se oyen, pero que logran introducirse en el aura de las personas o, peor aún, en el cuerpo, y causarles dolores muy fuertes y, a veces, provocar enfermedades. Si tienes un dolor constante, como pinchazos continuos en una rodilla, una cadera, un hombro o una zona concreta de la espalda (que a veces se desplaza de un punto a otro de la espalda), entonces deberías prestar más atención a este tema y leer atentamente todos los artículos relacionados con el tema Entidades. Independientemente de que hayas tenido experiencias con larvas, fantasmas, personas sombra y otros tipos de entidades, o que nunca hayas encontrado ningún tipo de situación que te haya hecho sospechar de su presencia, es bueno protegerse psíquicamente y, sobre todo, proteger tu casa para evitar que, algún día, alguna entidad negativa o con vibraciones bajas, aunque solo sea de paso, consiga entrar en tu casa e influir en ti y en las personas que la habitan. El hecho de que nunca hayas visto ni oído nada extraño no significa que no puedan acercarse a tu casa o a ti cuando estás en casa de otras personas, donde las presencias están presentes pero, obviamente, no las ves ni las oyes. También pueden estar en casa de tus amigos o familiares, incluso en la casa en la que has vivido toda tu infancia, pero tú, como es lógico si no has desarrollado la Visión Energética que forma parte del Sexto Sentido, nunca te has dado cuenta de su presencia. Por eso, cuando vas a su casa, la presencia de las entidades puede influirte y modificar algo en ti, como tu estado de ánimo, tus pensamientos o, lo que es peor, tu salud. Cuando vuelvas a casa, no entenderás por qué y seguro que no te darás cuenta de que es culpa de la entidad, sino que culparás a otra cosa, a lo que has comido o al estrés del trabajo del día anterior; cualquier excusa es buena para no darte cuenta de la verdadera razón por la que te sientes así, y esto continuará a pesar de que ya hayas vuelto a casa. Y seguirá así durante mucho tiempo. 

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Aunque no las veas, las entidades existen y pueden influir en el estado de ánimo, los pensamientos, las decisiones y la salud de las personas de una forma mucho más intensa de lo que crees. Por poner un ejemplo, en los hospitales hay muchísimas larvas que se desplazan de una persona a otra, les roban energía y les causan problemas de salud. Si has ido a menudo al hospital, aunque solo sea para acompañar a alguien y no por problemas de salud, habrás notado que, aunque te sentías bien antes de entrar en el edificio, al salir te sentías cansado y agotado, como si alguien o algo te hubiera robado toda la energía. Esto ocurre porque las personas enfermas roban mucha energía a los transeúntes, vampiriéndolos, pero también porque en los hospitales hay muchas entidades y también muchas larvas que hacen lo mismo. Si además has salido del hospital con dolores, a pesar de haber entrado como acompañante y no como paciente, es posible que te haya asaltado la duda, pero que, como de costumbre, hayas querido ignorar tu instinto superior y hayas escuchado en cambio a tu Regulador. Además, si trabajas en un hospital o en lugares similares, es aún peor, ya que estas influencias te afectan todos los días, y no solo ocasionalmente, así que no creas que tu energía se acostumbra a ellas, porque cada día te influyen y/o te chupan la energía cada vez más, hasta el agotamiento. No es casualidad que quienes trabajan con personas enfermas acaben enfermando a su vez, aunque sea de enfermedades diferentes: de hecho, no enferman porque los pacientes les contagian su malestar físico, sino porque estos roban mucha energía a los médicos y enfermeros, que tarde o temprano sufrirán un colapso energético que les provocará trastornos mentales o físicos. Por trastornos mentales no me refiero necesariamente al nivel más alto, el de la locura, sino también a una tristeza muy profunda, un malestar constante y patologías similares, que acaban provocando problemas emocionales considerables. Sin embargo, la solución no consiste en dejar de ayudar a las personas necesitadas o mantenerse alejado de ellas por miedo a contagiarse, sobre todo porque no se trata de contagio, sino de vampirismo (es decir, energía robada) o influencias energéticas. Para evitar las influencias energéticas negativas no es necesario aislarse del mundo y alejarse de cualquier ser humano, porque en realidad esto no impide que las entidades aprovechen tu soledad para golpearte aún más fuerte. La solución está en protegerse, porque no puedes escapar de las influencias energéticas y de las personas o entidades que te roban energía, pero puedes evitar que te hagan daño mediante una fuerte protección psíquica que te defienda en todo momento, sobre todo porque no sabes cuál es el peor momento, ya que seguirá protegiéndote. 

Las peores influencias las recibimos cuando menos lo esperamos, porque no hace falta trabajar en un hospital para pillar una larva, también puedes cogerla mientras estás en el supermercado haciendo cola junto a una persona que es víctima de las larvas y, si tu energía está poco protegida, es fácil que pasen de ella (que ya ha sido bastante vampirizada) a ti, que contienes un buen alimento. Algunas personas quieren creer que si tienes una energía bonita, y en particular si estás sano y tienes una energía luminosa, las larvas se sentirán aún más atraídas por ti. La verdad está en medio, porque las larvas no se sienten atraídas por quienes tienen una energía muy positiva y luminosa, sino que simplemente buscan alimento y no lo buscan en personas enfermas o moribundas, porque tendrían muy poco de qué alimentarse. Tú también compras alimentos frescos en el supermercado y, en lugar de buscar carne caducada o verduras podridas, eliges en la medida de lo posible verduras frescas y carne recién envasada, por lo que intentas comer alimentos buenos. Las larvas, obviamente, prefieren una comida fresca, por lo que buscan personas que tengan energía de la que alimentarse y se alimentan hasta dejarlas enfermas y sin energía, y permanecen en ellas hasta que encuentran una víctima mejor; pero no es seguro que la encuentren pronto, por lo que siguen alimentándose de la última a la que se han adherido hasta que pueden, a veces hasta el final de su vida. Sin embargo, esto no significa que cuanto más sana, positiva y luminosa sea una persona, más larvas atraerá, porque, de lo contrario, ¿qué deberías hacer? ¿Enfermarte y tener poca energía para no atraerlas? No tiene sentido. 

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La energía luminosa no atrae a las larvas, todo lo contrario, pero es normal que, como seres vivos cobardes —no en vano se llaman larvas—, aspiren a acercarse a personas que contengan más energía y de las que puedan obtener un mejor alimento. Sin embargo, esto es muy diferente de atraer, porque, en realidad, cuanto más sana y llena de energía luminosa y positiva es una persona, más atrae experiencias y acontecimientos positivos. 

Estas son razones muy importantes por las que debemos protegernos y practicar continuamente una fuerte protección sobre nosotros mismos, para evitar que las larvas, las entidades y las personas negativas o de bajas vibraciones nos influyan o nos roben nuestra energía. Protegerse a uno mismo es importante para que, cuando vayas a lugares que roban más energía que otros, no te sientas abrumado; pero no hay que subestimar la protección de tu hogar, porque también es fundamental para tu salud mental y, sobre todo, física. Como ya se ha dicho, no hay que creer que tu casa está deshabitada por estas presencias, aunque sea una pequeña larva, solo porque no eres capaz de verlas. Además, puede que sea cierto que nunca haya entrado en tu casa una entidad que anteriormente fuera humana (los llamados fantasmas), pero estas y, sobre todo, otros tipos de entidades (como larvas, sombras, etc.) pueden entrar en cualquier momento en el futuro, incluso dentro de muchos años, por las razones más diversas. A veces, por desgracia, son las propias entidades las que entran en tu casa por sí solas, se encuentran a gusto y deciden quedarse; otras veces te siguen desde fuera, desde lugares que has visitado, y entran en tu casa contigo; en otras ocasiones, han seguido a otras personas que, al entrar en tu casa, las han traído consigo. Por lo tanto, nunca puedes saber la razón por la que te ves afectado por influencias o vampirismos de entidades, pero sucede y no debe asustarte, sino motivarte a protegerte. De hecho, protegerte no puede hacerte daño, pero pasar las noches en vela y los días obsesionado por el miedo sí. Por lo tanto, no tienes nada que perder, sino mucho que ganar al decidir protegerte psíquicamente de las presencias y de lo que es negativo para ti. No tienes ninguna razón para tener miedo y sentirte intimidado, pero tienes muchas razones para protegerte cada día. 

Pasemos ahora a la práctica. 

Quiero enseñarte la protección psíquica que te protegerá a ti y a tu hogar de las presencias y, por lo tanto, de las influencias dictadas por entidades, sean del tipo que sean. Te aconsejo que te sientes cómodo, con la espalda recta, y sigas las instrucciones que te daré paso a paso; dedica un minuto a practicar la primera entrega y luego pasa a la siguiente. Cuando estés listo, puedes comenzar con la técnica de Protección Psíquica. La técnica durará entre 25 y 30 minutos. 

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Empieza a relajarte, sintiéndote en paz. 

  

No te hagas ilusiones sobre lo que vendrá. 

  

Quédate tranquilo y relajado. 

  

Respira profundamente... y empieza a atraer energía blanca a tu alrededor. 

  

Visualiza el prana blanco acercándose a ti. 

  

Concéntrate en atraer energía muy pura, con la intención de que se acerque rápidamente a ti. Debe ser mucha. 

  

Siente la energía positiva y el bienestar que te aporta su presencia. 

  

Siéntete más seguro en su presencia, sabes que está ahí para hacerte más fuerte. 

  

Ahora visualiza la prana blanca que comienza a tomar forma a tu alrededor, la forma de una burbuja. 

  

Respira profundamente... 

 

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 Esta burbuja, de aproximadamente un metro y medio de radio, te contiene, te rodea y te protege por completo. 

  

Respira prana dentro de ti. 

  

Atrae prana hacia el exterior de la burbuja para reforzar su capa y hacerla impenetrable. 

  

Concéntrate en la resistencia de la burbuja, debes sentirla dura, compacta, imposible de atravesar. 

  

Imprime bien la intención de que ninguna presencia, de ningún tipo, se acerque a ti y pueda influirte con su energía. 

  

Haz que la burbuja sea más dura, más fuerte, nada puede atravesarla. 

  

Como bien sabes, la protección está hecha de prana, así que aliméntala con más prana. Atrae energía blanca dentro de la burbuja para que se llene por completo. 

  

Llena toda la burbuja de prana blanco, asegurándote de que no haya espacios vacíos. 

Dentro estás tú y una cantidad de prana blanca. 

  

Siente el prana blanco que llena la burbuja y no deja espacio para presencias de ningún tipo, ni siquiera para larvas y pequeños seres que te roban energía. Siéntelos salir de tu burbuja e impídeles entrar. 

  

Respira prana dentro de ti. 

Y relájate... 

 

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 Visualiza ahora tu casa. 

Invoca prana blanco alrededor de tu casa. 

  

Atrae mucho más prana, mucho más de lo que has hecho hasta ahora. 

  

Visualiza la prana blanca acercándose a tu casa y rodeándola. 

  

Atrae mucha más prana blanca y empieza a darle forma, haz que adopte la forma de una burbuja que envuelva completamente tu casa. 

  

La burbuja debe ser aproximadamente 2 metros más grande que la casa, en todas las direcciones. 

  

Visualiza cómo la burbuja toma forma y se vuelve más sólida. Dos metros por encima del techo... 

  

2 metros hacia abajo, para proteger la casa también de las influencias procedentes del suelo... 

  

2 metros desde la parte trasera de la casa... 

  

2 metros a cada lado de la casa... 

 

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 Concéntrate en toda la burbuja, enorme, que debe contener y proteger toda la casa. 

Ahora visualízala más brillante, más fuerte y más compacta. 

  

Concéntrate en la burbuja, hazla más sólida, más fuerte, con la intención de que no pueda ser superada. 

  

Respira prana dentro de ti. 

Ahora atrae prana alrededor de la burbuja, para que su barrera protectora se vuelva más compacta, más firme. 

  

Pasemos al interior de la burbuja. Atrae energía pránica blanca al interior de la casa, atrae toda la que puedas. 

  

Atrae energía luminosa con la intención de que llene la casa, luego haz que se expanda por toda la casa, hacia todas las habitaciones y en todas las direcciones, incluyendo el baño, la habitación que menos utilizas y el sótano. 

  

Atrae aún más prana blanca al interior de la casa y haz que se expanda en todas las direcciones. 

  

Siente cómo la energía limpia, protege y revitaliza la casa. 

Vuelve a atraer prana y expándelo por toda la casa con una intención más precisa: debe expulsar de la casa todo tipo de presencia energética. 

  

Siente cómo abunda la energía blanca, expándela por toda la casa y, mientras tanto, siente cómo empuja, como una fuerte barrera de cristal, siente cómo expulsa de la casa cualquier presencia y tipo de entidad. 

  

Desde el centro de la casa, proyecta aún más fuerte este impulso energético hacia el exterior de tu vivienda, expulsando cualquier tipo de entidad presente. 

  

La energía blanca impide que las entidades entren en la casa. Siéntelo y mantente firme en tu intención. 

  

Ahora llena bien la casa de energía blanca, hasta que llegue al borde. 

La casa debe rebosar de energía luminosa y positiva, que debe protegerla y hacerla imposible de penetrar.

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 Céntrate únicamente en tu habitación, en la habitación donde duermes, y llénala de prana con mayor intensidad, expulsando cualquier tipo de presencia. 

  

Refuerza la protección, sobre todo en la zona de tu habitación. 

  

Concéntrate de nuevo en la parte exterior de la Burbuja. Refuerza con prana, con la intención de que ninguna entidad pueda atravesarla y entrar en tu casa. 

  

Siéntete seguro de ello, porque la Burbuja puede ser mucho más fuerte de lo que crees. 

Hazla capaz de impedir que cualquier entidad atraviese la barrera: nadie puede entrar en tu casa. 

  

Por última vez, llena la burbuja desde dentro, luego atrae prana hacia el interior de la casa y auméntalo, haciéndolo expandirse por todas partes con la intención de expulsar cualquier tipo de entidad. 

  

Ahora refuerza la barrera exterior de la Burbuja, para que proteja tu casa desde el exterior, al menos 2 metros en todas las direcciones. 

  

Respira prana y relájate... 

  

Respira profundamente... 

  

Y relájate. 

  

Hemos terminado la Protección Psíquica. Cuando estés listo, puedes continuar leyendo este artículo.

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Bienvenido de nuevo a la práctica de Protección contra entidades y presencias negativas. Espero que hayas sentido el poder que esta Protección puede tener en tu hogar, así que solo te queda practicarla mucho más a menudo. En la lección de hoy te he enseñado la técnica detallada, pero cuando tengas poco tiempo puedes reducir esta técnica a 5 minutos de práctica; cuando puedas, te recomiendo que la practiques también durante más tiempo. Aunque no lo hemos especificado, la Protección psíquica protege de las entidades negativas o, en cualquier caso, de las presencias que tienen la intención de hacerte daño, pero, obviamente, no ahuyentará las presencias luminosas y buenas, porque tu Burbuja no las considera enemigas; por lo tanto, no tienes nada que temer. La Burbuja funcionará mucho mejor de lo que crees, porque será capaz de distinguir quién vibra con su misma vibración (por lo tanto, positiva) y quién tiene una vibración más baja, por lo tanto negativa, impidiéndole entrar. Cuanto más practiques, más seguro estarás de que la Protección funciona muy bien; por esta razón, te recomiendo que la practiques todos los días, al menos una vez, durante un mínimo de 5 minutos. A ser posible, practícala más a menudo, por ejemplo, dos veces al día o una sola vez, pero durante unos minutos más: notarás grandes diferencias. Cuando tengas poco tiempo, dedícale 5 minutos, pero no la descuides, porque puede protegerte de muchos más daños de los que imaginas. Recuerda no subestimar las presencias creyendo que basta con practicar de vez en cuando para impedir que cualquier entidad acceda a tu casa o te influya a distancia. Practicar requiere poco tiempo, pero te evita problemas que habrían requerido mucho más tiempo para resolverlos. 

Cuéntame en los comentarios cómo te ha ido la práctica, cómo te has sentido mientras realizabas la técnica y qué paso te ha permitido sentir la protección más fuerte. Estaré encantado de leer todas las experiencias sobre la protección. 

Fin de la página 9 de 9. Si te ha gustado el artículo, comenta a continuación describiendo tus sensaciones durante la lectura o la práctica de la técnica propuesta.