La protección psíquica - Proteger el hogar (2ª parte)

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La protección psíquica es una técnica muy importante para tu bienestar y tu evolución espiritual, además de para evitar problemas cotidianos que pueden afectar a tu vida personal y profesional. La protección sirve para defenderte de las energías negativas, de las personas hostiles, de las entidades, pero también de los problemas cotidianos que se te presentan y que pueden evitarse simplemente protegiéndote. De hecho, además de protegernos a nosotros mismos, es fundamental proteger la energía de nuestro hogar, para que se convierta en un verdadero refugio que no sirva para escondernos, sino para protegernos, para defendernos del mal, el lugar donde podemos recuperar el bienestar perdido y que acoge en su interior a las personas, no solo las encierra. Vivir en una casa protegida es un concepto muy difícil de entender para quienes están acostumbrados a vivir sin utilizar energías psíquicas, porque dan por sentado que su casa ya está protegida de todo y que no puede pasarles nada malo; sin embargo, por la noche nos despertamos sintiéndonos observados, a veces tenemos pesadillas y/o nos despertamos agitados, no queremos caminar por el pasillo si no encendemos la luz primero, nos negamos categóricamente a ir a una zona de la casa que nos da miedo, especialmente cuando es de noche o estamos solos, nos negamos a entrar en el sótano de nuestra casa si no es de día, miramos el armario, los muebles o la puerta de la habitación en la que estamos antes de dormirnos, sin entender el motivo de esta sensación que, en esencia, se llama miedo. Vivir en una casa protegida te permite tener el control absoluto de tu hogar, sintiéndote tan protegido que dejas de tener miedo a la oscuridad y empiezas a dormir tranquilo sin despertarte agitado, hasta tal punto que ya no puedes entender cómo podías vivir sin protección psíquica los años anteriores. 

Proteger tu hogar también es necesario para disfrutar de tu tiempo en familia, dormir bien y despertarte descansado y lleno de energía a la mañana siguiente, ya que la protección psíquica también disminuye los efectos que las energías negativas tienen sobre nuestros familiares o las personas que viven con nosotros, y más aún sobre nosotros mismos. Para mejorar nuestro sueño, disminuir las pesadillas o las veces que te sientes observado y no puedes dormir, debes practicar la protección psíquica no solo sobre ti mismo, sino también sobre la casa en la que vives habitualmente. En la lección de hoy te enseñaré una técnica para aprender a proteger bien tu casa. Así que siéntate cómodo, mejor aún si es en posición de loto, y prepárate para realizar una sesión práctica de unos 20 minutos. Por supuesto, las próximas sesiones pueden durar menos, según tu elección, pero en esta lección me gustaría enseñarte bien la práctica de la Protección hacia el hogar. Cuando estés listo, comienza a practicar lo siguiente, recordando dejar tiempo para realizar cada tarea antes de pasar a la siguiente. 

Empecemos. 

Relájate, respirando energía blanca y luminosa dentro de ti. 

  

Relájate profundamente, relajando el cuerpo y la mente. 

  

A partir de este momento, comienza a atraer energía luminosa directamente a la habitación en la que te encuentras. 

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 Visualiza una hermosa energía luminosa que se acerca a ti y poco a poco llena la habitación. 

  

Concéntrate en sentir la energía luminosa que se extiende por la habitación y sigue aumentando, llenándola de prana blanco. 

  

Imprime la energía pránica en las paredes de la habitación con la intención de limpiarlas de energía negativa y empujar hacia fuera lo que queda. 

A continuación, empuja la energía más allá de las paredes, creando una barrera que las atraviese en todas direcciones. 

  

Visualiza la energía pránica que comienza a tomar la forma de una burbuja. 

  

Visualiza esta gran burbuja que contiene en su interior la habitación en la que te encuentras y, por lo tanto, también te protege a ti. 

  

Invoca una gran cantidad de prana blanco, con la intención de que refuerce la capa exterior de la burbuja y proteja con fuerza la habitación en la que te encuentras. 

  

Refuerza la burbuja hacia todos los lados, incluso hacia el piso de abajo (o bajo tierra si te encuentras en la planta baja) y por encima del techo. Siente cómo la energía atraviesa las paredes para protegerlas mejor. 

  

Haz la Burbuja más grande: al menos un metro de distancia más allá de las paredes en todas las direcciones. 

  

Empieza a darle un propósito a esta burbuja, un objetivo: debe protegerte, manteniendo fuera todas las energías negativas, actuando como un escudo contra cualquier mal. 

  

Invoca más energía blanca que refuerce toda la forma de la burbuja con la intención de hacerla impenetrable. 

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 Mientras refuerzas la burbuja, siente el deseo de protección, de seguridad absoluta de que la burbuja hará su trabajo y te protegerá de cualquier energía negativa. 

  

Ahora atrae toda la energía luminosa que puedas hacia el interior de la burbuja, hasta llenarla por completo. 

  

Concéntrate bien en llenar toda la burbuja (y, por lo tanto, también la habitación) con prana, de modo que no quede vacía, sino llena de energía. 

  

Imprime en cada grano de energía el firme objetivo de que debe protegerte, impidiendo la entrada de energías negativas y limpiando toda la habitación para hacerla más positiva y protegida. 

  

Refuerza de nuevo toda la parte exterior de la burbuja, incluso debajo del suelo y por encima del techo, a un metro de distancia más allá de la pared y del suelo. 

  

Visualiza esta burbuja muy luminosa y protectora hacia ti. Siente su fuerza y protección hacia ti. 

  

Relájate y, por un momento, vuelve a respirar prana dentro de ti. 

  

Ahora concéntrate en toda la casa en la que te encuentras. Aclara tus ideas sobre su tamaño y empieza a centrarte en toda la casa, o en todo el piso, independientemente de que también vivan otras personas. 

  

Deja la primera burbuja que has creado hace un momento donde está, porque debe seguir protegiendo tu habitación, y concéntrate en crear una segunda burbuja más grande que toda la casa o el apartamento. 

A continuación, invoca energía pránica luminosa y, directamente fuera de la casa, empieza a darle forma, creando una burbuja muy grande que proteja toda la casa. 

  

Da forma a una esfera que contenga toda la casa o el apartamento en su interior, con una altura mínima de dos metros por encima del techo y dos metros por debajo de la superficie. Hazla lo más esférica posible, por lo que, si es necesario, aumenta la altura de la burbuja para que pueda contener perfectamente la casa en su interior, sin que haya partes descubiertas o demasiado cerca de la pared de la burbuja. 

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 Es muy importante que la protección sea grande, así que visualiza la burbuja tomando forma y llénala de energía blanca, que la refuerce y la solidifique. 

  

Visualiza cómo la burbuja blanca va tomando forma y se vuelve más brillante y fuerte, conteniéndote a ti y a tu casa en su interior. 

  

La intención de la burbuja debe ser protegerte, evitar que cualquier tipo de presencia o energía negativa entre en la casa. 

  

Atrae energía muy blanca al interior de la casa y expándela para llenar toda la casa y toda la burbuja, con la intención de que este prana te proteja de todo mal. 

  

Concéntrate en volver a atraer prana para reforzar la pared exterior de la burbuja, de modo que se vuelva impenetrable para todo lo que sea negativo o perjudicial para ti. 

Hazla mucho más fuerte. 

  

Ahora, en cambio, atrae energía al interior de la burbuja para llenarla completamente de prana blanca, con la intención de que se vuelva fuerte por dentro y por fuera. Debe protegerte con todas sus fuerzas. 

  

Respira profundamente y vuelve a concentrarte en ti mismo. Relájate un momento. 

  

Ahora puedes dar por terminada tu burbuja. Por lo tanto, cuando te sientas listo, continúa leyendo el artículo. 

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 En esta lección te he enseñado a proteger primero la habitación en la que te encuentras y, a continuación, mediante una segunda burbuja adicional, hemos protegido toda la casa. Protegerte a ti mismo, proteger la habitación y proteger toda la casa son tres niveles de protección diferentes, pero fundamentales para triplicar la fuerza de la protección que te rodea. Limitarse a protegerse a uno mismo mientras se vive y se duerme en una casa completamente «abierta» a las energías negativas no es muy inteligente, ya que estas pueden atacar y dañar mucho más rápidamente tu protección personal y, por lo tanto, lograr penetrarla. Por el contrario, si además de protegerte a ti mismo también proteges tu casa, será mucho más difícil dañar y superar tu barrera personal, porque hay demasiadas protecciones que lo impiden. En esta sesión de unos 20 minutos te he guiado a través de una práctica detallada, pero puedes decidir reducir el tiempo de las protecciones a 5-10 minutos. Mi consejo es que intentes protegerte al menos una vez al día, aunque solo sea durante 5 minutos, en lugar de saltarte la protección diaria y arriesgarte a sufrir alguna influencia negativa o dejar que presencias hostiles se acerquen demasiado. La protección psíquica es mucho más importante de lo que parece, porque mejora tu vida cotidiana y no solo la espiritual, impidiendo que la energía negativa (es decir, la mala suerte, las presencias o las personas nocivas) entre y cause daño en tu vida. Practicar todos los días una protección sobre ti mismo y una protección sobre tu casa, aunque solo sea durante 5 minutos (para cada una), te permitirá notar importantes mejoras en tu vida cotidiana. Sin embargo, de vez en cuando ve un poco más allá y decide practicar un poco más y reforzar la protección de ti mismo, de la habitación en la que te encuentras (mejor aún si es el dormitorio) y de la casa. De esta manera, crearás una combinación perfecta para tu protección psíquica, ya que estarás protegido durante el día, mientras duermes y en cualquier zona de la casa en todo momento. Será fundamental para tu evolución y también para tu serenidad en la vida cotidiana.  

 Fin de la página 5 de 5. Si te ha gustado el artículo, comenta a continuación describiendo tus sensaciones durante la lectura o la práctica de la técnica propuesta.