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Step 2 - N° 18

Ver el Aura - La mejor forma de comunicación (parte 2)

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El aura es la forma más sencilla de comunicación expresiva que permite a cada uno de nosotros comprender lo que siente el otro, en el preciso momento en que se lo pedimos.

A través del estudio del lenguaje corporal, podemos aprender a no mostrar a las personas que nos rodean lo que pensamos en nuestro interior, como la reacción espontánea que deberíamos haber tenido después de que nos dijeran unas palabras, o el comportamiento que habríamos asumido en situaciones difíciles que no esperábamos si no hubiéramos estado atentos a los detalles. Las personas que estudian el lenguaje no verbal son conscientes de que las expresiones faciales y los movimientos corporales comunican mucho más que muchas palabras, por eso pasan años y años entrenándose para aprender a seguir con el cuerpo lo que dicen verbalmente: aprender a mentir tanto con las palabras como con el cuerpo. Los vendedores, por ejemplo, estudian cuidadosamente su actitud cuando se acercan a un cliente, porque su postura erguida, sus movimientos seguros y su mirada recta y atenta los convierten en personas serias y dignas de confianza a los ojos de los demás, a pesar de que estén vendiendo un trapo apestoso a precio de oro. Si el vendedor tuviera un lenguaje corporal tenso, nervioso, inseguro e impresionable desde el primer cliente un poco más listo que tuviera delante, nadie le compraría aunque vendiera oro a céntimos. Los movimientos corporales son muy importantes porque hacemos saber a los que tenemos delante si somos compatibles o no; por eso hay estudios especiales sobre la comunicación no verbal, porque aprendiendo a reconocer el estilo y los gestos de la otra persona podemos imitarla y fingir que nos parecemos más a ella, de modo que nos considerará más sinérgicos y compatibles, llegando a sentirse obligada a comprar lo que vendemos por pura simpatía hacia nosotros. A fin de cuentas, se trata de simple psicología. Sin embargo, hay algo que no se puede ocultar: ¡el aura!
De hecho, aunque podemos aprender a reaccionar ante los estímulos de forma diferente a como lo haríamos, volviéndonos más rígidos ante las emociones y fingiendo desapego a pesar de que sufrimos por dentro, o viceversa, la expresión del aura es tan inmediata e inconsciente que no es nada fácil controlarla. Quienes estudian psicología o lenguaje corporal a un nivel avanzado se acercan vagamente a comprender que hay algo más aparte de la postura y los gestos corporales, pero en realidad no entienden qué es y no aprenden a cambiarlo salvo por muy poco. ¡Por suerte! Sin embargo, algunas personas espirituales, que conocen las capacidades del aura, pueden alterar la apariencia de las primeras capas de energía para engañar a quienes les rodean. Por eso es absolutamente necesario aprender a ver las auras y conocerlas mejor: para evitar que incluso el más experimentado nos engañe con sus métodos hipnóticos.

Cuando nos encontramos en un contexto que es muy positivo para nosotros, en el que nos sentimos cómodos rodeados de personas que nos aprecian y nos hacen sentir bien, nuestra aura se ensancha y se expande en todas direcciones, porque derrocha felicidad por todos los poros en el sentido más auténtico de la palabra. Cuando, por el contrario, nos sentimos muy incómodos, molestos, en un entorno en el que casi sentimos que se burlan de nosotros o nos juzgan, nuestra aura baja y se encoge, como si empezara a desaparecer poco a poco. Todo esto es visible con los ojos y es necesario aprender a ver el aura para poder reconocer las emociones de los demás, que, aunque se cree que son invisibles, en realidad se pueden ver muy claramente. Aunque no aparecen como nubecillas con la palabra del sentimiento al que se asocian escrita en su interior, como es natural, las emociones se manifiestan en formas y colores en movimiento que aparecen de repente en el aura. El aura puede variar de color incluso en poco tiempo, dependiendo del sentimiento predominante en el momento o periodo que esté atravesando el sujeto. Sin embargo, el aura se compone de muchas capas y algunas de ellas permanecen aproximadamente del mismo color durante mucho tiempo, mientras que otras cambian continuamente.

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Deshagámonos de la idea de que el aura estándar de una persona normal es la que suele aparecer en cualquier foto de la red, donde todo el mundo tiene una idéntica a la que ya han dibujado otros, con todas las capas perfectamente lisas y compactas, sin imperfecciones ni manchas de color. Todo el mundo debe tener siete capas de aura, siendo ésta una ley muy estricta, porque el número 7 es bello y significativo y nadie tiene derecho a tener más de siete capas, de lo contrario serán censuradas para que la gente no descubra que se pueden tener más capas y más dimensiones. ¡Pero no se lo digas a nadie!
Ahora estas costumbres ya son viejas, abramos la mente y démonos cuenta de que mucha de la información que se nos da sigue siendo transmitida por personas que no tienen la más mínima experiencia, pero que hablan y cuentan lo que les han dicho falsos gurús que nunca han pasado más de cinco minutos mirando el aura. No les gusta la libertad y la antiestructura que la energía tiene por naturaleza, pretenden poder organizarla todo en forma de extrañas leyes humanas para encerrar el universo en una jaula de metal y poder entenderlo mejor. No puedes entender el universo si tienes una mente cerrada. No se puede encerrar la energía en un recipiente y esperar que no haga falta saber más. La energía es libre, no tiene reglas, no tiene cierres, no se puede comprimir en una botellita, no se puede forzar para que se convierta en algo que podamos entender. Somos nosotros quienes debemos abrir nuestra mente para acoger nuevas experiencias y asimilarlas como lo que son. Esto es el aura.  No tiene limitaciones y puede cambiar de un momento a otro. No es perfecto, y menos aún el de quienes no lo practican.

El aura se compone de varias capas y generalmente las personas tienen más de 5, aunque siempre existe la excepción de los enfermos graves. Una persona sana que lleva una vida sana suele tener más de ocho capas. Algunos de ellos cambian de color muy a menudo porque pertenecen a la esfera emocional que, por supuesto, varía de un momento a otro en función de los estímulos que recibimos durante el día. El color de la felicidad es diferente del color del sufrimiento, pero no podemos basar nuestra cognición del aura en la diferencia de color, porque esto es demasiado limitado para explicar por qué cambia la energía. Tengamos en cuenta que estamos hablando de energía y dimensiones, no de lápices de colores pasados por papel. Por lo tanto, además de mirarla y juzgarla por su apariencia, también debemos percibirla y extraer de ella la información que necesitamos para conocerla realmente.
Durante las primeras sesiones de visualización del aura, es muy difícil ver los detalles precisos, porque no estamos acostumbrados a ver la energía y nuestros ojos nos impiden verlo todo a la vez. Una visión precisa del aura depende del entrenamiento que realicemos, y no del tiempo entre sesiones, ya que esto sólo nos devuelve al punto de partida, perdiendo los progresos realizados.
Como ésta es sólo la segunda lección basada en la técnica de ver el aura, no espero que seas capaz de reconocer sus niveles ni de localizar inmediatamente los agujeros y las diversas imperfecciones de tu campo energético, así que tampoco lo esperes. El principio es difícil para todos porque estás haciendo un entrenamiento que nunca has hecho antes. No puedes esperar ser capaz de abrir de piernas como las gimnastas si nunca has entrenado: no podrás hacerlo, porque tu cuerpo no está acostumbrado a ese esfuerzo y te impedirá descender más allá de un cierto límite. Si quieres conseguir objetivos importantes, tienes que entrenarte, porque de lo contrario seguirás sin poder realizar el split y dirás que no sirve para nada, que tú eres el problema, que tus piernas no sirven para realizar determinadas acciones, que es imposible adoptar esa posición y que nadie lo hará porque es demasiado complicado. Acaba con tus quejas motivadas por la pereza y abre bien los ojos, si estás dispuesto a ver la realidad a la que estás dispuesto a abrirte.

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En lugar de esperarlo todo de inmediato, aprende a ver el aura paso a paso, superando los pequeños obstáculos que consiguen mantener atascada a la mayoría de la gente. Para ayudarte a reconocer el aura y a concentrarte mejor en su forma y sus colores, he decidido dibujar para ti lo que veo con mis propios ojos cuando observo las auras. Ten en cuenta que no empecé ayer sino hace varios años, y que tengo una pasión y un interés irrefrenables por querer conocer la verdad de cualquier forma que se presente, a diferencia de aquellos a los que les gusta leer definiciones teóricas pero no soportan ponerlas en práctica. Por eso te aconsejo que no te desmotives si no consigues ver en unos días lo que he representado en las fotos de abajo, porque será más que normal. Es muy importante que sepas que dibujar un aura nunca es lo mismo que verla en directo, ya que algunas emociones traducidas en colores aparecen y desaparecen en cuestión de segundos, por lo que sería imposible reproducir a la perfección el campo energético de una persona sin dejar nada fuera. Además, no tendría sentido mostrarte inmediatamente un ejemplo preciso y detallado de lo que veo durante la sesión de visualización del aura, porque no sólo te resultaría difícil de entender, sino que incluso correría el riesgo de confundirte y crearte expectativas excesivas que bloquearían totalmente tu evolución. Por esta razón, empezaré mostrándote dibujos simplificados que representan las primeras experiencias que tuve con el aura, para ir profundizando poco a poco en futuros artículos en los que te mostraré más detalles y dibujos más detallados. Date cuenta de que, para reconocer estas experiencias como reales, tienes que practicar las técnicas durante tu día y no limitarte a leer mis artículos, porque de lo contrario seguirías leyendo sin darte cuenta de la cantidad de información que hay y de lo importante que es. En este sentido, te invito a que no mires los dibujos del aura de los próximos artículos sólo por curiosidad, a pesar de que ni siquiera hayas puesto en práctica los consejos que aprendiste en las lecciones anteriores, porque los dibujos no pretenden sugestionarte, sino confirmarte que lo que estás viendo es correcto. NNo te fuerces a acelerar tu evolución esperando que con sólo mirar algún dibujo tu experiencia se acelere: tienes que practicar si quieres pruebas de que esto es real.

La primera imagen que me gustaría mostrarte es la forma en que suelen representarse las auras.

 

Como puede ver, el aura suele representarse como una forma perfectamente regular que rodea completamente nuestro cuerpo con la misma densidad, color y luz. De hecho, tus primeras experiencias te mostrarán que su forma será mucho más borrosa, imprecisa e irregular, más o menos como la imagen de abajo.

 

Durante tus primeras experiencias notarás la dificultad para ver el aura incluso durante unos segundos, por no hablar de poder verla perfectamente lisa como si hubieran pintado sobre ella. En otras imágenes se puede observar que el aura se representa como una silueta que nos rodea pero no nos llena, como en la imagen siguiente:

 

 

También en esta imagen, el aura se muestra perfecta y uniforme. En este caso, es posible interpretar erróneamente la zona blanca del aura como la distancia entre el cuerpo y el aura celeste: en realidad, la franja blanca también forma parte del aura, queriendo representar tanto la luz que emana del sujeto como la segunda capa, que en este caso es de color azul claro. Sin embargo, si quisiéramos hacer el diseño un poco más realista, quedaría así:

 

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En las imágenes anteriores, puede parecer que el aura rodea el cuerpo pero no penetra en él, como si la energía fuera una parte adicional y externa que no nos pertenece realmente. De hecho, si quisiéramos mostrar el aura en su totalidad, tendríamos que ver todo el cuerpo tanto por dentro como por fuera lleno de aura, por lo tanto del mismo color que la primera capa, que en este caso es azul claro, porque cada capa del aura surge primero del interior y luego se expande hacia el exterior. Así que si quisiéramos ver la energía en su totalidad, tendríamos que imaginar algo así:

 

 

Porque la energía nos llena y nos completa, está dentro y fuera. En este punto, tendríamos que añadir otra capa de aura de otro color para reconocerlo, aunque no tiene por qué ser así en la realidad: algunas capas pueden ser del mismo color, pero para simplificar le mostraré dos diferentes.

 

 

Aquí vemos de nuevo cómo se nos muestra el aura en la web y cómo podríamos verla en directo con nuestros propios ojos:

 

 

Estamos hablando ya de niveles más avanzados que las primeras experiencias que se tienen nada más empezar a practicar. Sin embargo, cuando puedas ver la primera capa y vayas un poco más allá, podrás vislumbrar la segunda, que tendrá un aspecto muy parecido al del dibujo. En este caso podemos ver tanto la luz blanca como la segunda capa. Teniendo en cuenta que la tercera capa verde también se origina en el interior del cuerpo y luego se expande mucho más ampliamente que la capa celeste (por eso reconocemos la diferencia), deberíamos imaginarnos el interior del cuerpo humano con un aspecto parecido a éste:

 

 

A través de un dibujo, es difícil mostrar la superposición de colores, de hecho se mezclan y ya no se puede reconocer uno de otro. En realidad, sin embargo, los colores del aura no se mezclan de esta manera, por lo que dentro del cuerpo veremos el azul y el verde como dos niveles distintos. Está claro que los colores se eligieron al azar y también su orden.  Si finalmente quisiéramos añadir otra capa, éste sería el efecto:

 

 

Me gustaría señalar que estos dibujos son sólo esbozos en los que he evitado añadir detalles que tu no captarías inmediatamente: habría hecho el aura de la cabeza mucho más larga y la de los pies más corta, habría cambiado el color en la zona de los hombros y habría difuminado más los contornos si hubiera tenido espacio. De hecho, en el dibujo puede parecer que las capas están separadas sólo unos centímetros, pero en realidad algunas de ellas están separadas incluso unos metros. Llegados a este punto, hay que darse cuenta de que, antes de ver las demás capas, será necesario entrenarse para ver bien al menos la primera.

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El halo blanco suele ser la primera señal que se percibe, porque se expande desde el cuerpo como una luz que se quiere mostrar, y continúa estirándose hacia arriba hasta que parpadea. Sin embargo, cada persona tiene colores de aura diferentes y su forma de verlos también es distinta: a veces se puede notar primero el halo blanco y luego el resto, otras veces el primer halo en aparecer puede ser amarillo o, alternativamente, azul claro. Sin embargo, al final, todas pertenecen a la primera capa de luz que se expande. Para estar satisfecho con tu visión, debes ver al menos 10 centímetros de espesor blanco antes de dar el siguiente paso. Después, entrenando siempre de la misma manera, puede que empieces a ver colores, ya que suelen tardar un poco más en llegar. Se necesita mucha paciencia, porque el ojo no está entrenado para ver la energía, así que tardará algún tiempo en acostumbrarse. Por supuesto, las mejoras llegarán si se trata de personas que deciden practicar, de lo contrario el ojo nunca evolucionará. En cualquier caso, tienes que esforzarte sin rendirte, porque al principio te costará ver los colores y mantener la vista activa, pero cuando aprendas a verlos, si sigues practicando, cada vez te será más fácil reconocerlos en menos tiempo. Que quede claro que el color del aura no se puede inventar: tiene un color principal y todo el mundo, si lo mirara, lo vería igual. Recuerdo que no es fácil representar fielmente un aura a través de una imagen, porque cuando la ves en directo puedes hablar de momentos en los que aparece un nuevo color y luego desaparece, mientras que en el dibujo tendría que juntarlos todos y se convertiría en un batiburrillo en el que no se entendería nada, así que tendría que ir paso a paso y dibujar nuevos patrones cada vez; de lo contrario, sería como fotografiar a alguien que está bostezando y creer que esa es la verdadera forma de su cara. En estos dibujos he querido colorear las auras sin agujeros ni imperfecciones por pura practicidad, pero a partir de las próximas lecciones las mostraré cada vez más realistas, añadiendo importantes detalles visuales que aprenderás a ver con el tiempo. Que quede claro que no hay que precipitarse y acabar sugestionándose: realiza las técnicas de la mano de la teoría para poder reconocer su veracidad a través de la propia experiencia. Dicho esto, la lectura de los documentos no requiere que ejerza, así que si quisiera leer los artículos a los que tiene acceso aunque sólo fuera por cultura, nadie se lo impediría. Mi consejo es que empieces a practicar durante al menos 10 minutos al día después de la meditación, ya que ver la energía será más fácil. Espero verte en futuras clases.

Fin de la página 5 de 5. Si te ha gustado el artículo, comenta a continuación tus sensaciones al leer o practicar la técnica propuesta.

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1252 comentarios
  • mariangela - 23:09 15/10/14

    Ok mi metto al lavoro seriamente! Non è solo interessante ma soprattutto utile per capirsi e capire tante cose.. Grazie!

  • ruslana - 22:21 03/09/14

    Interessantissimo grazie!.:)

  • Antonella Medaglia per aver completato lo Step 1 Medaglia per aver completato il libro Prendiamo Coscienza degli ALIENI - Vol. 1 Medaglia per aver completato il libro Prendiamo Coscienza degli ALIENI - Vol. 4 Medaglia per aver completato il libro Prendiamo Coscienza degli ALIENI - Vol. 5 Medaglia per aver completato il libro Prendiamo Coscienza degli ALIENI - Vol. 6 Medaglia per aver completato il libro Prendiamo Coscienza degli ALIENI - Vol. 9 - 23:52 07/07/14

    Molto interessante, questo scritto mi ha fatto tornare la voglia di praticare la tecnica. Vorrei tanto ritornare a vedere, un mondo così, è bellissimo, e da quello che ho capito, non smette mai di sorprenderci, di regalarci ogni volta visioni nuove da scoprire, non ci si annoia mai, è il mondo nel quale vorrei viverci dentro. Grazie.

  • Marcello - 10:50 22/06/14

    Grazie Angel

  • angelo - 20:39 17/05/14

    Ho trovato il tutto molto interessante. Dovrò rivoluzionare, come spesso accade un po' con tutto, il mio approccio con questa tecnica: non più allenamenti quotidiani di pochi minuti, ma di una buona mezz'ora o più da protrarre magari per due settimane.

  • Emanuele - 11:51 15/04/14

    Meraviglioso questo documento! Riesci a far capire benissimo cioè che vuoi trasmettere al lettore, poi con i disegni ancora meglio! Bellissimi veramente, hai fatto infuocare in me la voglia di diventare bravissimo con le auree ahahah praticheró molto più spesso questa tecnica.

  • Emanuele - 15:42 31/01/14

    Wow bellissimo! Non pensavo potesse essere così importante l'aura soprattutto vederla a corona, saperla vedere Veramente ti risolve un sacco di problemi..

  • Sara - 13:00 29/01/14

    Letto tutto :) ti ringrazio davvero tanto, ora che sò, cercherò di risolvere il mio problema :)

  • Eleonora - 12:49 27/01/14

    Davvero un bellissimo articolo. Quanto è importante vedere l'aura!